Vistas de página en total

lunes, 14 de mayo de 2012

es que la espiritualidad que mana del texto de Gastón Cornejo bien merece para figurar en el elogio al libro de la producción literaria

Nominado con honor para dirigir unas palabras de introducción a ese genuino encuentro cultural organizado por la Dirección de Cultura y Patrimonio de la H. Municipalidad, dirigida por el culto amigo Lic. Max Munckel y su laborioso equipo de apoyo administrativo, me permití asegurar la importante significación del evento al que asistimos, el mismo de especial jerarquía. 

Realizado en nuestra querida Plaza Principal, sagrado lugar de grandiosos sucesos históricos, desde la antigua Villa de Oropesa hasta el presente. Porque allí fue fundada la Villa en el valle de Kanata en 1571 por el capitán de Flandes don Gerónimo Osorio y Ondegardo; allí quebrada la esclavitud colonial el 14 de septiembre de 1810, allí alzada la dignidad de las Heroínas de Cochabamba hace 200 años en ausencia de los varones guerreros derrotados en Pocona; y en ese sitio ocurrieron las revoluciones recicladas en pos de la libertad, del pueblo que reclama sus derechos exigiendo felicidad a su existencia.

Feria cultural en la que el héroe principal fue el libro, los libros multiplicados como peces y panes en la montaña de la vida; instrumentos que trascienden más allá del tiempo y del espacio, realidad virtual que nació el antiguo año de 1455 con el célebre impresor Johannes Gutenberg, para enriquecer la breve temporalidad de la existencia humana. Contienen relatos, sentimientos, alegrías, pesares, mensajes, educación, cultura, riquezas milagrosas repartidas hasta el infinito.

Porque el tiempo actual es tiempo de lucha y de violencia, requerimos libros y lectura para llenar el alma de fraternidad, de asombro al pensamiento; de paz y no violencia necesarias para todos. Bondad de gente que sueñe, sienta y decida construir un mundo nuevo, y que en marcha de aspiraciones humanas estudie, desarrolle y difunda la instalación de una nueva cultura, correlato de una configuración de conciencia en la que todo tipo de violencia provoque repugnancia.

Inobjetable desarrollo humano en la lectura de los libros para lograr un mundo victorioso de alegría; y al término, volver a nuestros lugares habituales con la frente y las manos luminosas.

Parodiando al poeta de América, Pablo Neruda y acariciando entre las manos un pequeño libro atesorado titulado “Sol y Horizontes” del poeta valluno Man Césped, cuyo ropaje mortal fue velado en la misma plaza, repetí apasionado: “Estos libros son frescos y jugosos como manzanas de Vinto o duraznos de partir del valle nuestro. Como agua secreta de vertiente cuya frescura, en medio del bochorno, llega hasta el alma. Desde la aurora de vuestras jóvenes vidas de estudiantes hasta el otoño maduro de las nuestras, entramos a vivir descubriendo los libros que se abren a la dulzura y que, como espada nueva cortan el silencio hasta que se oyen los latidos del corazón oculto. La humanidad entera se revela en ellos con tantas historias que salen del más dormido trasfondo: supersticiones y naranjas, tortas y teas, techos y fragancias de jardín antiguo. Con floripondio y albahaca, los relatos se colocan translúcidos, dando resplandor y sonido como una cristalería de multiplicada pureza. ¡Así veo yo los libros que enseñan más que la sabiduría! Expresando la gratitud debida a las autoridades culturales de nuestro Honorable Municipio, armados de admiración, visitemos los libros y salgamos de ellos con los ojos deslumbrados y el alma radiante de luz y sentimientos. 

No hay comentarios: