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viernes, 25 de octubre de 2013

es literatura o linguística, es politica, es historia y es especialmente ilustración. Gracias Pedro Shimose

En el artículo Demora de milenios [EL DEBER, 07.10.13], Humberto Vacaflor –amigo y colega desde los tiempos del diario católico Presencia – habla de ‘sicofantes’. Según él, estos han crecido como mamuris y picapicas en los jardines del paraíso plurimasista. Humberto nos introduce en los antecedentes históricos de estos soplones y calumniadores profesionales, y nos transporta a la Grecia antigua para hablarnos de los ‘sicofantes’, delatores “encargados de cuidar los intereses del Estado y de la sociedad”, convertidos en extorsionadores, “una de las plagas de la vida pública ateniense”. Vacaflor se apoya en el filólogo polaco Tadeusz Zielinski (1859-1944), autor de una Historia de la civilización antigua, para decirnos que la etimología de la palabra ‘sicofante’ se perdió.

Pero no se perdió. Cierto es que en el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1983), del etimologista Joan Corominas, no viene la palabra ‘sicofante’, pero en el Diccionario de uso del español, de la lexicógrafa española María Moliner, aparece la palabra ‘sicofante / sicofanta’, del griego ‘sykophantes’ y esta, de las voces ‘sykon’= higo y ‘phaino’= descubrir. Según Moliner, ‘sicofante’ es el “denunciador de los exportadores de higos”. Confieso que Borges hizo que me interesara por esta rara palabra. Al arremeter contra la lenidad de la Real Academia Española, Borges se negaba a escribir ‘sicología’, sin la letra ‘p’ inicial. Decía que una cosa era ‘Psicología’, el estudio del alma o psique, y otra muy distinta ‘Sicología’, el estudio de los higos. ¿Qué tienen que ver los higos con las almas?


Así llegué a la palabra ‘sicofante’, pues los alimentos más preciados de la cocina mediterránea eran –en la antigüedad– la sal, el vino, el aceite de oliva, el trigo y los higos. Gracias al próspero comercio de higos nacieron los ‘sicofantes’, funcionarios cuya misión era denunciar el contrabando de higos. Con el tiempo y sin control alguno se corrompieron, convirtiéndose en insaciables y feroces extorsionadores, soplones y calumniadores. Hoy pululan, según Humberto, los sicofantes plurinacionales que han llegado a Bolivia con “demora de milenios”. (A la misma conclusión llegó el oscarizado embajador plurinacional Sean Penn cuando, hace nueve meses, denunció a los sicofantes del Caso Ostreicher). A propósito, muerto Bakovic, ¿dónde está Ostreicher? / Madrid, 25.10.13