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viernes, 19 de agosto de 2011

Pedro Shimose el gran poeta y escritor boliviano estuvo en Bolivia para las fiestas patrias, con fina ironía nos cuenta lo que vió en magnífica reseña


Después de dos años de ausencia, viajé a Bolivia ilusionado por ver y comprobar las consecuencias del cambio masista y lo que vi fue la alegría desbordada de los plurinacionales pletóricos de ilusiones, seguros de sí mismos, acullicando coca, confiados en el futuro y con bolsas repletas de plata en efectivo. Me impresionó el optimismo de los pobres de siempre, contentos y satisfechos con la inflación ‘posgasolinazo’, para quienes la carne, el pan, la leche, el azúcar y el microbús no están todavía por las nubes. También me llamó la atención el júbilo del Gobierno al informarnos de que el ‘hermano’ Hugo Chávez –radiante de salud– nos ha cerrado el grifo bolivariano, después de elevar sus plegarias a Dios y a la Virgen Santísima. Para celebrar estos acontecimientos, nos disfrazamos de diablos, caporales y morenos para brincotear en las mismas barbas de los cambas fraternos que aceptaban, moviendo la cabeza, que en el Estado ‘pluricarnaval’ todos somos indios o, cuando menos, nos hacemos los indios.
Como si fuera poco, el 6 de agosto, las Fuerzas Armadas desfilaron airosas y a paso marcial por las calles de Santa Cruz, brotando pecho y luciendo sus flameantes wiphalas en la plaza 24 de Septiembre, ante el gobernador, el alcalde y los parlamentarios verdes cruceños. El desfile resultó digno de ser inmortalizado por las cámaras de Leni Riefenstahl, esa cineasta nazi, amiga de Hitler y protegida de Goebbels.
Las autoridades financieras plurinacionales declararon con orgullo que la deuda externa e interna de Bolivia supera los $us 10.000 millones. Por otra parte, nuestras RIN (Reservas Internacionales Netas) dicen que alcanzan los $us 11.000 millones, o sea que si fuéramos a pagar nuestra deuda ahorita mismo, nos quedaríamos casi en los puros cueros. Ha caído el precio del estaño, caen las remesas de los pobres inmigrantes bolivianos que se rajan el lomo en el extranjero y el Gobierno Plurinacional no cesa de combatir el narcotráfico. Se han descubierto no sé cuántos laboratorios de cocaína en el departamento de Santa Cruz, en unas operaciones dirigidas al compás de un concierto de ópera, dirigido desde no se sabe dónde, con partitura de un gran tenor.
Mientras tanto, los originarios de El Alto, Potosí, Beni y Santa Cruz se vuelven levantiscos porque el ‘jefazo’ dice una cosa y hace otra, “lo quieran o no lo quieran” (los indígenas) o “como sea, se le mete nomás”. ¿Y el presidente? El 9 de agosto se subió a su avioncito Falcon y se largó a China, a darse una vuelta de popularidad. A su retorno, el 16, dijo que él “cree que China colonizará en poco tiempo a EEUU”. Es posible. Lo que es inminente es la colonización del Estado Plurinacional. Firmó, por ejemplo, un acuerdo que el presidente Evo ya había firmado en La Paz, el 13 de diciembre de 2010: el acuerdo para la construcción del satélite Túpac Katari y dos instalaciones terrestres que a fines de 2013 –fecha de la entrega– sabremos para qué van a servir. El jefazo abandonó Beijing el 16 de agosto. Al día siguiente, el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, aterrizaba en China para apaciguar las dudas chinas sobre el dólar como divisa internacional. De tal modo que el presidente Evo puede dormir tranquilo: nuestras RIN, depositadas en bancos norteamericanos, no corren peligro. Esta noche, al menos, dormiremos tranquilos. ¡Viva el capitalismo! // Madrid, 19/08/2011.

* Escritor