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sábado, 19 de diciembre de 2015

destaca Carlos Mesa el trabajo de la Vicepresidencia para editar 200 obras literarias, representativo de los 200 anos de la existencia de Bolivia. obras que abarcarán toda la rica gama literaria que ha generado la intelectualidad boliviana y el aporte financiero y organizativo del Estado para hacer realidad el producto bibliográfico de la Nación.

Bolivia no es una excepción en la ruta de encontrar un canon que sea capaz de reunir lo más significativo de la producción escrita del país. A lo largo del siglo XX y lo que va del XXI se hicieron diversos esfuerzos para reunir las obras fundacionales de nuestra literatura y de nuestros aportes intelectuales en varias disciplinas. Mencionaré a título simplemente referencial la colección del Sesquicentenario de la República (1975) que publicó, bajo la dirección de Jaime Sáenz, una treintena de obras que en su inmensa mayoría son ejemplos significativos del quehacer intelectual de la nación.
La Biblioteca del Bicentenario se inscribe en ese derrotero pero es, con mucho, el proyecto más ambicioso y completo de los que se han ensayado hasta hoy. Los orígenes del emprendimiento nos refieren a los primeros años de este siglo. En mi propio Gobierno se pergeñó la posibilidad, bajo la iniciativa de José Antonio Quiroga y la editorial Plural de publicar una colección de obras fundamentales (valga el paréntesis para destacar, entre los aportes privados, que Guttentag desarrolló la notable colección “Enciclopedia Boliviana” y que el mismo Quiroga ha creado la serie “Letras Fundacionales”). La idea no concretada entonces se mantuvo viva y tuvo eco en la gestión del actual Vicepresidente. Más allá del incuestionable mérito de quien, ya citado, hizo la propuesta y desarrolló el concepto editorial, es de justicia destacar el compromiso explícito de Álvaro García Linera que con un presupuesto adecuado asumió el desafío y lo concretó sobre la base de parámetros razonables y medibles. Para ello invitó a un destacado grupo de intelectuales que formaron un comité que escogió las que, en su criterio, son las 200 obras más importantes de nuestras letras (número arbitrario sin duda, pero vinculado simbólicamente a los años que tendrá la Nación en 2025), no sólo del período republicano sino de toda nuestra historia. Hecha esa selección después de varias reuniones de comisiones temáticas, se determinó darle la responsabilidad de las ediciones a especialistas, de modo que cada obra tenga un estudio introductorio, apuntes y notas que le provean de un adecuado contexto. Se decidió también recoger la temática más amplia y abarcadora posible. De ese modo, la Biblioteca recoge obras de historias y geografías, letras y artes, sociedades y diccionarios que incorporan una visión plural de Bolivia.
Bajo el paraguas de la Vicepresidencia y su brazo intelectual, el Centro de Investigaciones Sociales, un equipo de profesionales como Amaru Villanueva, Marco Montellano, Martín Zelaya, Alba Paz Soldán, Godofredo Sandoval, María Luisa Soux, Mauricio Souza o Sergio Vega, entre otros, se ha dado a la tarea de hacer realidad la publicación de las 200 obras escogidas.
Podría entrar en la polémica sobre la pertinencia o impertinencia de los libros escogidos, no lo hago porque ya se ha abierto un amplio debate en torno a la cuestión, pero sobre todo porque lo que cabe es reconocer el invalorable aporte de la Biblioteca, por su existencia en sí misma, porque cuando menos el 70 por ciento de los títulos escogidos son indiscutibles y, sobre todo, por algunos criterios que no se pueden pasar por alto. El primero: se ha decidido hacer tirajes promedio de entre 3.000 y 4.000 ejemplares por obra, de los cuales una buena parte se destinará a bibliotecas nacionales, departamentales y municipales, otra parte se destinará a distribución e intercambio con centros académicos y bibliotecas de primer nivel internacional y, finalmente, una parte significativa se venderá a precios muy bajos y accesibles a cualquier lector en instalaciones de la Vicepresidencia y en librerías comerciales. El segundo: la edición tanto en rústica como en tapa dura, es de excelente factura en buen papel y correcta diagramación e impresión, lo que le da un gran valor agregado. Tercero: los ya citados estudios introductorios especializados y el cuidado de la edición. Cuarto: la decisión de incorporar varias antologías que intentan abarcar del modo más exhaustivo posible temáticas que en el pasado no se habían considerado, como la literatura infantil, la gastronomía, el deporte, la farmacopea, los textiles, las tradiciones, los mitos, etc.
Que el Estado destine un presupuesto importante para pagar derechos de autor, consultorías, estudios, diagramación, edición general e impresión, es algo digno de destacarse y que no ha sido habitual. Sería deseable que el equipo que trabaja el día a día de la Biblioteca tuviese garantizada su labor en el largo plazo, hasta tanto la Biblioteca haya sido completada, labor que demandará varios años si consideramos que el plan general estima la publicación de entre 15 y 20 títulos por año.
La Biblioteca contempla autores como Arzans del periodo colonial, Moreno del XIX, Jaimes Freyre del XX; bolivianos como Tamayo, estadounidenses como Lofstrom, franceses como D’Orbigny, españoles como De Ribera, indígenas como Poma de Ayala o Choque...una pléyade que retrata la rica complejidad de los aportes intelectuales sobre nuestro complejo entramado socio cultural a lo largo de siglos.
Por todo ello, me parece pertinente hacer un elogio por encima de las reservas, las susceptibilidades, las mezquindades y las presunciones en torno a lo que se debió haber hecho y no se hizo. Lo que corresponde es aplaudir lo que se está haciendo, porque está bien hecho, a pesar de ser evidente que como toda selección está sujeta al error, el sesgo, la omisión o el exceso. La Biblioteca del Bicentenario es ya uno de los aportes bibliográfico más importantes que haya encarado el país, y lo es desde la responsabilidad que corresponde: la del Estado.

El autor fue Presidente de la República.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

El Deber pone en primera plana la tarea literaria de tres mujeres escritoras que se destacan fuera de Bolivia.se trata de Magela Caudoin, Giovanna Rivero Liliana Colanzi quienes en Colombia, México y España recibieron sendos premios literarios. nos honran a todos por su esfuerzo creativo.

La literatura boliviana vive horas de júbilo. Sus premios internacionales han alegrado el corazón de millones de bolivianos. Lo que no pudieron hacer el fútbol ni la política, tres escritoras lo hicieron con premios internacionales que nos llenaron el corazón de orgullo y esperanza. La periodista Magela Baudoin rompió todas las expectativas con el Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez por La composición de la sal, una maravillosa obra que relata historias de gente que vive situaciones tremendamente humanas. 

Semanas antes, Giovanna Rivero y Liliana Colanzi también tocaron el cielo con las manos tras el reconocimiento internacional de sus trabajos. La primera ganó en España el premio Cosecha Ñ por su relato Albúmina y la segunda obtuvo el premio Aura Estrada en México, por sus trabajos literarios. Baudoin, Rivero y Colanzi forman parte de este prometedor boom de la literatura boliviana que ya habían iniciado con maestría las letras de Edmundo Paz Soldán, Maximiliano Barrientos, Gabriel Chávez Casazola, Rodrigo Hasbún, Paola Senseve, Róger Otero y Edson Hurtado, entre otros.

Durante la recepción del premio otorgado por la fundación del premio nobel colombiano, Baudoin remarcó la urgente necesidad de poner en marcha una política de Estado a favor de la literatura boliviana, tal como lo hacen los principales países de América Latina que tienen importantes escritores entre sus filas. Hoy nuestros escritores son verdaderos quijotes que luchan contra molinos de viento. Por la falta de recursos, por la falta de lectura de los bolivianos y, sobre todo, porque nuestra sociedad no valora suficientemente a los intelectuales como aquellas personas que nos muestran mundos nuevos, sendas para ser más humanos y oasis para saciar nuestra sed por lo bello y lo eximio. Gran parte de sus obras ven la luz con enormes esfuerzos personales que son respaldadas por las pocas editoriales que sobreviven en nuestro medio. No solo los políticos tienen cuentas pendientes con los cronistas de nuestro tiempo. Las diversas instituciones, los medios de comunicación y la escuela tienen que abrir más sus espacios para escuchar aquellos relatos que nos muestran las múltiples facetas de la vida de nosotros los bolivianos.

Felicidades a Baudoin, a Rivero y a Colanzi. Que sus logros actúen como faros para que las próximas generaciones se animen a imaginar y soñar con la palabra escrita en su acción amorosa con los lectores y ciudadanos del mundo

viernes, 4 de diciembre de 2015

los ejemplos del uso incorrecto del verbo SER, que Pedro Shimose explaya en su artículo, actualizan no sólo la forma gramatical correcta del uso del tan frecuente verbo, sino que se refieren al mismo tiempo a variados temas de actualidad.

A los filólogos bolivianos se les ha escapado un tema interesante: “El verbo SER en el lenguaje coloquial de los bolivianos”. Es posible que alguien haya escrito ya una tesis con el título de “Soy boliviano” o “Me constituyo en un país que no se constituye”. Si nadie lo ha hecho, le proporciono estos datos extraídos de los periódicos: 

** “El gobierno de Bolivia suscribió ayer con el Banco Mundial un crédito por $us 200 millones para la gestión de riesgos y desastres naturales, operación que se constituye en (sic) la ‘más grande’ en la historia de la relación de ambos y que es el reflejo del ‘enorme’ progreso del país” [El Día, 13.03.15] ¿Y por qué no decir que ‘ES’ la más grande operación, etc., aunque hoy por hoy no sea cierto? “La más grande operación” es el empréstito chino de $us 71,400 millones. 

Pensándolo bien, ¿para qué pedirle al Banco Mundial un crédito de $us 200 millones si los chinos nos prestarán 71,400 millones? Además, nos estamos gastando la friolera de $us 215 millones en radares franceses, dizque para controlar el narcotráfico aéreo. ¿Y de qué sirve, entonces, el satélite espacial chino que compramos por más de $us 300 millones? 

** “Las recientes elecciones celebradas en Brasil y Uruguay se constituyen en (sic) señales que confirman la buena salud de la democracia de la región” [Los Tiempos, 28.10.14] ¿Y por qué no decir sencillamente que ‘SON’ señales que confirman…? Aunque después de un año, la salud democrática de la región parece haber desmejorado. 

** “…Para que junto a los buses de transporte masivo se constituya en (sic) una solución al álgido problema del transporte urbano” [La Prensa, 27.04.14] ¿Y por qué no decir: “para que […] ‘SEA’ una solución al álgido problema del transporte urbano”?

** “Las antologías se constituyen en (sic) extraordinario muestrario de lo que se está escribiendo en una determinada época y lugar” [La Razón, 17.07.14]. ¿Y por qué no decir: “Las antologías ‘SON’ un muestrario de lo que se escribe…?

** “Estos encuentros generalmente se constituyen en (sic) una oportunidad para los invitados de acercarse a la literatura del lugar que visitan” [EL DEBER / “Brújula”, 19.07.14]. ¿Y por qué no decir: “Estos encuentros ‘SON’ una oportunidad para que los invitados empiecen a conocer la literatura del lugar que visitan”? SER no es lo mismo que “Constituirse en…” ¿Me explico? // Madrid, 04.12.2015

sábado, 17 de octubre de 2015

el último libro del insigne patricio cochabambino Edwin Tapia Frontanilla estará entre las 200 obras del Bicentenario de Bolivia. Opinión nos lo cuenta.


El libro “Prensa, sociedad y Estado”, de Edwin Tapia Frontanilla será propuesto a la comisión editorial que seleccionará las 200 obras que formarán parte de la Biblioteca del Bicentenario de Bolivia.

En el marco de la presentación de “Prensa, sociedad y Estado” en la IX Feria Internacional del Libro, anoche José Illescas dijo que postulará la obra de Tapia Frontanilla a la comisión editorial de la Biblioteca del Bicentenario.

A su turno, Hugo Bilbao La Vieja dijo que el libro contribuirá a mejorar la sociedad, a rescatar los valores e incluso “guiará las acciones”, debido a que tiene mucha carga patriótica, humanista y deontológica.

Respaldó dicha noción el presidente del Comité Cívico de Cochabamba, Gunter Paz, al aseverar que las herramientas que proporciona “Prensa, sociedad y Estado” son esenciales para entender la realidad.

Para cerrar el acto especial, el autor agradeció a la concurrencia y dijo que "(...) hay que volver a discutir el concepto del ser humano y así se resolverán los problemas que actualmente existen".

jueves, 8 de octubre de 2015

hoy la Academia Suecia anunció el Nobel de Literatura para la escritora rusa, como hace 25 años anunciaba a Octavio Paz mexicano, gloria de las letras hispanas al que Susana Seleme dedica su glosa



A 25 años de un Premio Nobel
Susana Seleme Antelo

Hace 25 años, Octavio Paz (1914-1998) recibió el Premio Nobel de Literatura. Y es un deber de la memoria recordarlo, no solo por ese más que merecido premio, sino porque fue un mexicano de pura cepa, que se hizo universal como poeta, hombre de letras y ensayista, y también como el político apasionado por la libertad. Es decir, por su pensamiento político.

Por eso nunca encontró a interlocutores de su talla en el seno de la izquierda mexicana y como definió su amigo Enrique Krause [1], fue un hereje cuyo pensamiento se rebeló contra el fanatismo doctrinario de su tiempo. Aquel con el que sus políticos e intelectuales satanizaban, durante gran parte del siglo XX, el pensamiento libre y desechaban cualquier debate al margen del dogma comunista.

La Real Academia Española de la lengua define a la herejía como la negación “de los dogmas establecidos por una religión” o una persona que se aparta “de la línea oficial de opinión seguida por una institución, una organización, una academia, etc.” Octavio Paz fue un hereje porque se rebeló contra el dogma y la obediencia aniquiladora de la libertad y del pensamiento crítico. Por eso, usó su libertad como capacidad de decidir y fue hereje frente a la ideología imperante en su época: el sistema totalitario burocrático que llamaba “socialismo real”.

Octavio Paz, como George Orwell, Albert Camus y Jorge Semprún, por citar solo a tres “disidentes” más del pensamiento ideológico marxista imperante en el siglo xx, fue consecuente hasta arriesgar su libertad, cuya esencia siempre fue distinta al pensamiento dominante de una parte de la intelectualidad mundial, catalogada como de izquierda y la única válida para sus representantes [2]. Al contrario de ellos, Paz y otros mostraron un espíritu crítico, nunca displicente, para luchar por la libertad, de suyo la libertad política, de expresión, de escritura y de acción.

Arropado en esa libertad de decidir, Paz se responsabilizó de sus actos frente al acoso de la izquierda mexicana y otras, aun después de la caída del muro de Berlín en 1989, y de haber obtenido el Premio Nobel en 1990. El conocimiento de la existencia de los ‘gulags’ y pogromos en la entonces esfera comunista de la Unión Soviética, dejaba escaso margen para la duda sobre esa realidad, o para contemplación acrítica del rumbo de la Revolución Cubana, más allá de los logros de sus primeros años, y los mitos ideológicos-mediáticos en torno a sus más emblemáticas figuras.

Sobre este tema vale la pena citar lo que escribió el propio Paz cuando se le criticaba y acusaba de no reconocer los aciertos de la doctrina socialista: “…un mayor número de conciencias se pregunta cómo y por qué una empresa generosa y heroica que se proponía cambiar la sociedad humana y liberar a los hombres, ha parado en lo que parado. El análisis y la denuncia de las nuevas formas de la dominación –lo mismo en los países capitalistas que en los socialistas y en el mundo subdesarrollado– es la tarea más urgente del pensamiento contemporáneo, no la defensa de los ‘grandes logros’ de los imperios totalitarios”.[3] Y agregaba que la izquierda mexicana debía recobrar su herencia legítima que se llamaba crítica, empezando por la crítica de sí misma.

Octavio Paz se opuso a lo que le impedía pensar, quiso ser un hombre pensante y, por eso mismo, crítico. Así, pensó y criticó para denunciar la dominación, la opresión, la injusticia que se camuflaba tras la doctrina socialista-comunista en el último tercio del siglo pasado. Pero no se detuvo ahí, también denunció la naturaleza elitista del poder político y criticó al Occidente capitalista y sus sociedades opulentas de grosero consumismo, que obvian la igualdad como fuerza económica productiva.

Como afirmaba Hannah Arendt no sólo pensamos en algo, sino también en contra de algo, de ahí que “el sentido de la política es la libertad”. En la estela de Octavio Paz, hubo muchos herejes contra el dogma. Sin embargo, como afirmaba Arendt, “la propia existencia de la política, la causa de la libertad contra la tiranía,... la idea de la libertad ha quedado sepultada sin que nadie se conmueva [4], porque “la intención de liberar no coincide con el deseo de libertad”, ni de libertad política.

Bajo esos impulsos dominantes, el de la guerra contra “los otros” vía la revolución, con el empleo justificado de la violencia, o en la lucha armada, se estaba y está en presencia de la nula aceptación de la libertad de ‘los otros’, atacados con violencia real y simbólica, ayer y hoy. Arendt afirmaba que las guerras y la revoluciones justifican la violencia, y dicha “justificación constituye su limitación política”. Es decir, se producen “al margen de la esfera política”, que para Arendt no es de proveniencia bélica, como piensan otros escritores, sino compromisos, concesiones, diálogos e institucionalidad democrática en la lucha por el poder del Estado, cuyos intereses diferentes y antagónicos, en su forma más radical podría llevar a la totalización de la política o la concentración total del poder. El régimen actual en Bolivia, es un ejemplo de ese impulso totalitario.

De ahí que herejes como Octavio Paz, para oponerse al dominio del pensamiento único, siguen siendo necesarios. Y sigue siendo necesario “ser fieles, porque hay mucho que defender” , como escribió en “El laberinto de la soledad”. Hoy no se podría vivir en el mundo sin los herejes, como Paz y aquellos que se mantienen fieles a su herejía para defender los valores de la libertad y denunciar los nuevos intentos que atentan contra el derecho al pensamiento crítico y a convivir en un Estado democrático. Es decir, con libertad jurídica y sin guillotinas político-judiciales, ni una corrupta agenda administrativa sociopolítica, cuyos órganos en todos sus niveles avalan la re-re-reeleción de la demagogia populista de Evo Morales y sus hombres en Bolivia.

A 25 años de haber obtenido el Premio Nobel, honramos la herejía de Octavio Paz que hoy, como entonces, se opone a la dominación que oprime y reprime el pensamiento crítico, los derechos humanos, políticos, civiles, culturales y medioambientales.










[1] Enrique Krauze:“El divorcio entre Octavio Paz y la izquierda”. Letras Libres. Madrid, Octubre 2011. Madrid.


2 Ello no invalida que se mire al capitalismo como lo que fue y es: sistémico, interconectado, centralizador, transfronterizo y global que vivió el siglo XX y vive el XXI. Y que el poder del capital gobierna el mundo, incluido el que ha generado, sostiene y promueve la delictiva cadena de producción capitalista de la cocaína.







3 Revista “Letras Libres” Op.cit p 16-17

[4]Arendt, Hannah. Sobre la Revolución. Alianza Editorial. Buenos Aires 2008. Pp11-23-37. La autora afirma que “Ni la violencia ni el cambio pueden servir para describir el fenómeno de la revolución; solo cuando el cambio se produce en el sentido de un nuevo origen… para dar lugar a la formación de un cuerpo político nuevo, cuando la liberación de la opresión conduce al menos a la constitución de la libertad, solo entonces podemos hablar de revolución.” P. 45

viernes, 2 de octubre de 2015

en tono amable, aunque por momentos sarcástico Shimose comenta los sucesos de la semana. su estilizada pluma dice muchas verdades y profundas en pocas líneas para dentro y fuera de Bolivia.

La semana pasada fue una semana movidita porque pasaron muchas cosas en muy poco tiempo. Por ejemplo: inmediatamente después de que el papa Francisco visitara Cuba y conversara con Fidel Castro bajo secreto de confesión, el Gobierno colombiano y las FARC se comprometieron a acelerar el proceso de paz, bajo la escrutadora mirada del hermano de Fidel. El sumo pontífice prosiguió viaje a Washington a saludar al presidente Obama y pronunciar discursos y sermones, y oficiar misas en Nueva York y Pensilvania “con olor a oveja”, como a él le gusta.

Las palabras del papa levantaron roncha en el Congreso de EEUU y conmovieron a políticos católicos como el demócrata Joe Biden –vicepresidente de EEUU– y el republicano John Boehner, presidente del Congreso. Después de escuchar las palabras del sumo pontífice sobre el capitalismo, la desigualdad, el cambio climático, los inmigrantes, los refugiados, el embargo a Cuba y la pena de muerte, dicen que Boehner no pudo contener las lágrimas y anunció su dimisión de tan alto cargo y su retirada de la política, tanto por presiones del Tea Party (influyente movimiento social del Partido Republicano) como por motivos de conciencia. 

Problemas análogos preocupan al científico británico Stephen Hawking, que en una entrevista (El País/ Madrid, 25.09.2015) respondió a la pregunta: ¿cuál cree que será nuestro destino como especie?: “Creo que la supervivencia de la raza humana dependerá de su capacidad para encontrar nuevos hogares en otros lugares del universo, pues el riesgo de que un desastre destruya la Tierra es cada vez mayor”. Como el próximo año recordaremos el centenario de la publicación de la teoría de la relatividad general, Hawking también habló sobre Albert Einstein (1879-1955). 

A propósito de Einstein, el año de su nacimiento –1879– es para nosotros, los bolivianos, un recuerdo doloroso porque en 1879 estalló la Guerra del Pacífico que perdimos contra Chile, con Perú como aliado nuestro. En 2013, Bolivia elevó un alegato ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) para obligar a Chile a negociar una salida soberana al mar. En réplica, Chile interpuso una demanda de incompetencia de la CIJ para arbitrar este diferendo. El jueves 24 de septiembre, La Haya admitió su competencia, pero no se me precipiten, esto no es más que una escaramuza. La verdadera ‘guerra’ empezará en julio del próximo año. Y habrá muchas batallas de inciertos resultados. Por el momento, ¡ya viene el cortejo!, ¡ya viene el cortejo de la Constitución!, ya se oyen los claros clarines de la cuarta elección… // Madrid, 02.10.2015.

viernes, 25 de septiembre de 2015

hoy se refiere al pueblo funfado por Choque Salomé "Coroxa, que debió ser Caraxo" primero porque en verdad no existe, aparece para justificar los 4 millones de dólares que el masista Choque hizo desaparecer como por arte de magia, es que se gastaron dineros del Fondo Indígena que seguirán en la nebulosa hasta que "algún fiscal patriota" exija su devolución al Tesoro. Pedro Shimose nos ilustra.

En lo que va del siglo XXI, la vida sigue siendo un tango, verás que todo es mentira, verás que nada es verdad, yira, yira… El Estado Islámico (Daesh) no es islámico; Grecia no es griega; España no quiere ser española; el British Labour Party no es laborista; la República de Bolivia no es republicana y el Estado Plurinacional será, dentro de poco, un Reino de 36 principados indígenas imaginarios; el Movimiento Al Socialismo se ha vuelto Movimiento Al Neoliberalismo; un barco mercante de un país ‘mediterráneo’ y pacifista navega por el mar Mediterráneo cargado de armas y con el pabellón boliviano flameando a todo trapo (la tricolor, no la aimara de las justas medievales de Siena, los tercios de Flandes, el orgullo gay y la Nación aimara); el Fondo Indígena, Originario y Campesino (Fondioc) se ha fundido en el crisol del ‘ama sua’ (no seas ladrón), incorporado a la guía moral de la ONU por el embajador del Tipnis; las Oenegés se han hecho Oenegás porque han dejado de ser útiles al ‘proceso de cambio’; las autonomías se han vuelto ‘autoNoNós’ y así, sucesivamente. Por eso no llama la atención que el senador masista Jorge Choque Salomé haya fundado un pueblo virtual en el altiplano paceño llamado Coroxa, para fundir a sus congéneres del Fondioc con la estafa de casi un millón de bolivianos. 

El senador Choque Salomé y tres dirigentes más están acusados de enriquecimiento ilícito y falsedad documental [El Día, 19.09.15] o sea que han pecado contra el mandamiento del ‘ama sua’ (no seas ladrón). No se les acusa de faltar al precepto ‘ama kella’, porque flojos no son. Me los imagino trabajando como mitayos en la fundación de un pueblo que no existe y craneando el gran golpe al Indian & Peasant Fund (Fondioc). También han sido ratificadas las denuncias que implican a otros esforzados dirigentes aimaras del Fondioc en el robo de Bs 31,1 millones (más de 4 millones de dólares). 

Todo está en los juzgados, pero yo sigo creyendo en la inocencia de los acusados, porque los aimaras no pueden ser ladrones, mentirosos ni holgazanes. La raza superior aimara ha impuesto su código ético a escala planetaria, con la bendición del buda sonriente de la Secretaría General de la ONU. Se cometería, además, una gran injusticia. Fundar un pueblo virtual no es moco de pavo ni escupitajo de llama. La hazaña del senador merece el Cóndor de los Andes por su contribución al desarrollo del realismo mágico. Solo le reprocho haber bautizado a su pueblo fantasma con el nombre de Coroxa. En vez de Coroxa, el pueblo debió llamarse Caraxo. // Madrid, 25.09.2015

viernes, 11 de septiembre de 2015


conjugan varios temas: el poema, el autor, la canción (un bolero),los intérpretes y la reciente adopción del tema por un homosexual. Pedro Shimose nos está probando que un tema cualquiera en poesía, en música, hasta puede provocar polémica, dejando a salvo la belleza de la expresión...muy bien Pedro, de nuevo!


David Aruquipa Pérez, licenciado en Administración de Empresas (UMSA), presentó en Cochabamba, el 12 de junio, el libro Si tú me dices ven, lo dejo todo en el que cuenta la historia de 10 parejas homosexuales (¿gays y lesbianas?) (Los Tiempos, 04.07.2015). Don David dice que “Si tú me dices ven, lo dejo todo es el título de un bolero muy lindo de Los Panchos”. Así es, previa y necesaria aclaración. La famosa canción de Alfredo Gil –compositor, requinto y tercera voz del trío Los Panchos– se llamó ‘Lodo’, pero el público impuso como título el expresivo verso inicial de la letra del bolero. Lo que se ignora es que el ‘Güero’ Gil (nosotros diríamos el ‘Choco’ Gil, porque era pelirrojo, tirando a rubio) se inspiró en el poema Si tú me dices ‘¡ven!’ (incluido en el libro Elevación, 1917) del poeta mexicano Amado Nervo (Tepic, estado de Nayarit, México, 1870 – Montevideo, 1919). El poema de Nervo es un ejemplo del carácter polisémico del lenguaje (palabra o verso que admiten varios significados).

El poema original es una confesión de amor a Dios. Nervo sintió la llamada de la vocación religiosa y estuvo a punto de convertirse en fraile. El poeta se dirige al Dios cristiano en místico arrebato: “Si tú me dices ‘¡ven!’, lo dejo todo… / No volveré siquiera la mirada / para mirar a la mujer amada… / Pero dímelo fuerte, de tal modo, / que tu voz, como toque de llamada, / vibre en el más íntimo recodo / del ser, levante el alma de su lodo / y hieras el corazón como una espada” (el poema sigue, pero nosotros nos detenemos aquí).

El compositor Alfredo Gil transformó este magnífico poema religioso en una canción laica en la que un hombre enamorado hasta las cachas le declara su amor desesperado a una mujer disoluta que, para colmo, no le da pelota (de ahí el título inicial del bolero – ‘Lodo’–, que nada tiene que ver con la noción de pecado en el poema de Nervo). Para rematar el ejemplo polisémico, Aruquipa Pérez adopta, sin saberlo, el verso de Nervo para referirse al amor homosexual. “Si tú me dices ‘¡ven!’, lo dejo todo…” no significa lo mismo para un espíritu religioso que para un hombre heterosexual enamorado perdidamente de una mujer perdida o para un gay enamorado de otro gay, indiferente a sus requiebros. Así es la potencia polisémica de la gran poesía. Dicho esto, espero que algún varón o mujer publique otro libro que cuente la historia de 10 parejas heterosexuales. Aunque parezca increíble en estos tiempos, las parejas heterosexuales también se aman intensamente. // Madrid, 11.08.2015.



miércoles, 26 de agosto de 2015

mi padre Bernardino que conoció personalmente a Mauricio Hoshschild, quién a menudo viajaba en tren de Potosí a Oruro, de Potosí a La Paz y Chile, se refería siempre a él co mucho respeto "don Mauricio era persona educada y cordial. agradable conversar con él", ahora Verónica Ormachea ha escrito un libro que según Carlos Mesa revela facetas suyas antes desconocidas.

La cantidad de vidas humanas que Hochschild salvó es incalculable, en función de su riqueza personal y el momento histórico, dice Mesa al comentar la novela de V. Ormachea
Hasta hace no mucho tiempo, y probablemente en los últimos años con mayor intensidad, nuestra lectura de tres figuras fundamentales de la historia empresarial boliviana ha sido una lectura crítica, una lectura de execración, una lectura de ponerle una cruz a quienes, sobre todo la historia nacional revolucionaria, había calificado como los verdaderos saqueadores y depredadores de la riqueza histórica del país. Esas tres figuras fueron Simón Patiño, Carlos Víctor Aramayo y  Mauricio Hochschild. A partir de la revolución de 1952, la lógica de  El metal del Diablo de Augusto Céspedes (una novela que es una suerte de afirmación política y de militancia ideológica), marcaba a Patiño, Hochschild y Aramayo como los enemigos de la nación. En esa lógica binaria entre nación y antinación de Carlos Montenegro, estos tres personajes eran todo aquello que no debíamos buscar ni debíamos referir y mucho menos admirar.
Es en ese contexto que aparece la novela de Verónica Ormachea. Los infames surge de una construcción histórica de hechos acaecidos a partir de personajes, como no puede ser de otro modo, vehiculados hacia  la ficción, y hace una alternancia entre un episodio fundamental, dramático y terrible de la historia mundial, el nazismo (lo que representa el nazismo como destrucción de los valores esenciales del humano) con un personaje de esos tres execrados barones del estaño: Hochschild.
Tuve oportunidad de compartir con Verónica el proceso creativo de la novela y ese proceso tuvo una línea de evolución que permitió llegar al final que ustedes van a poder leer en las páginas ya editadas. Lo que originalmente era un apéndice, el personaje que simplemente servía como un nexo puramente narrativo, se convierte probablemente en el personaje más importante, más fuerte de la novela. Me refiero a Hochschild. Y a partir de la fuerza del personaje histórico principal uno puede encontrar el sentido de los personajes fundamentales de la novela. Los personajes de ficción son dos jóvenes de origen polaco que se van a cruzar con la realidad boliviana.
Vuelvo al punto de partida: a Patiño, Hochschild  y Aramayo. Hoy tenemos la posibilidad en la distancia de releer sus figuras, de releer lo que significó su capacidad de crear riqueza en una sociedad. Definitivamente cualquiera de ellos puede ser juzgado de diversos modos y no vamos a santificarlos ni vamos a convertirlos en héroes, pero también definitivamente es ya impensable esa lectura binaria de blancos y negros, de buenos y malos de la historia boliviana construida a partir de la confrontación que hizo el revisionismo histórico del 52.
En una entrevista que concedió Verónica a Página Siete, ella hace una mención absolutamente pertinente sobre la significación de Hochschild: Hochschild es el equivalente en Bolivia de Schindler, el Schindler para los judíos-bolivianos. La cantidad de vidas humanas que Hochschild salvó es incalculable, no solamente en función de su riqueza personal, no solamente en función de sus aportes de inversión directa en el proyecto de inmigración judía en el momento más dramático del nazismo, sino también en su espíritu que por supuesto tenía que ver con su propio origen. A diferencia de Schindler, Hochschild era judío, pero no era un judío militante, ni siquiera un judío de creencias profundas. Era un hombre más bien heterodoxo, un hombre pragmático, pero tenía un fondo de sentido humanístico que permitió que desarrollase una tarea imprescindible para comprender cómo y por qué llegaron a Bolivia a fines de los años 30 y principios de los 40 entre 10.000 y 13 .000 judíos. Muchos de ellos se quedaron en Bolivia, se convirtieron en bolivianos y contribuyeron a la construcción de la sociedad boliviana.
Verónica construye el personaje histórico con elementos de novela, un personaje cuya vida real supera a la ficción, un personaje que se convierte, de rescatador marginal que ha venido de Chile, en uno de los grandes empresarios mineros del país, un personaje que es amigo personal del presidente Germán Busch y que va a ser víctima de Busch que quiere fusilarlo, que va a ser aprisionado por el gobierno de Gualberto Villarroel y que luego va a ser secuestrado inmediatamente después de haber salido de prisión. Un personaje que en medio de esos avatares tiene tiempo para establecer una relación con las organizaciones judías que llevaban adelante la migración.
Pero la novela no es exclusivamente la historia de Hochschild, es fundamentalmente una historia de dos personajes que van a atravesar una parte dramática del siglo XX. Tiene que ver con la Polonia acosada por el  nazismo, con el gueto de Varsovia, con ese momento de inflexión tan complicado para los judíos europeos, para los judíos alemanes, para los judíos polacos, de tomar la dimensión exacta del drama que se iba a vivir cuando ya Hitler había llegado al poder, cuando se había producido la Noche de los Cristales Rotos, cuando se había aprobado leyes explícitamente antisemitas, cuando era impensable aun en el peor escenario que un Gobierno con una estructura y una tradición histórica como la alemana pudiera buscar la solución final.
La novela tiene dos grandes escenarios, la Europa, y Polonia en particular, brutalmente desgarrada por la invasión nazi, y la Bolivia de la  transición de los años previos al nacionalismo revolucionario.
Pero si uno tuviera que descubrir una epopeya y recomponer y revalorizar un momento de la historia debería ser ése que Verónica escoge en el año 38 y el año 40, en que el país se convierte en uno de los pocos países latinoamericanos  con decisión de Estado, de política de Gobierno de recibir un número muy significativo de judíos. Esa decisión de Estado no habría sido posible sin la voz, la acción, la capacidad organizativa de Hochschild.
Desde luego, como lector boliviano, la parte más fascinante de la novela ha sido la parte boliviana, y un desafío complicado para la autora era cómo narrar los horrores de los campos de concentración nazi de una manera tal que no sea repetitiva y no vuelva a contarnos lo que hemos visto tantísimas veces. Creo que el desafío para ella ha sido la parte de la narración europea: es un verdadero descubrimiento. En la parte boliviana ustedes van a encontrar asuntos que nos atañen directamente. Esto es algo muy importante y ella lo logra como novelista. Éste no es un tema estrictamente de interés de los bolivianos de origen judío, es de interés para todos nosotros, para redescubrir una etapa absolutamente olvidada de nuestro pasado. El enlace entre las dos historias está muy bien logrado en la novela.
En fin, se trata de una novela atractiva, de una novela importante en términos de los temas tocados. Creo que Verónica está en el marco de las narraciones de la literatura histórica, de la novela histórica,  como un referente importante de la novelística boliviana.
*Extracto de las palabras pronunciadas por el autor en la presentación de la novela Los infames, de Verónica Ormachea, durante la Feria del Libro de La Paz. 

viernes, 21 de agosto de 2015

Juan Quiroz, no sólo fue el reconocido maestro de Pedro Shimose sino que también fue su Jefe en Presencia Literaria. Pedro no lo menciona aunque todos sabemos que el Padre Quiroz lo tuvo por colaborador permanente y animador del trabajo literario del diario católico. no extrañe por tanto el homenaje que le brinda recordando su obra imperecedera en las letras boliviana. Digno y Justo Recordatorio.

Al recordarse el centenario del nacimiento de Juan Quirós (Cochabamba, 29.08.1914 – La Paz, 06.03.1992) –maestro de la crítica literaria– la Academia Boliviana de la Lengua (ABL) le rindió homenaje en un acto público presidido por don Armando Mariaca, vicedirector de la Academia (Centro Cultural de España / La Paz, 27.08.2014). Los académicos Raúl Rivadeneira Prada, Jaime Martínez Salguero y José Roberto Arze pronunciaron discursos sobre la vida y la obra de quien honró el sacerdocio, la crítica literaria, la poesía, el periodismo y la cátedra universitaria.
Su labor crítica en El Diario, La Nación y Presencia (La Paz, 1953-1990), en la revista Signo por él fundada y dirigida, y en dos antologías poéticas, promocionó a dos generaciones de escritores entre los que pueden citarse a Alcira Cardona, Hernando García Vespa, Jaime Canelas, Julio de la Vega, Jorge Suárez, Roger de Barneville, Gonzalo Vásquez Méndez, Roberto Echazú, Matilde Casazola, Eduardo Mitre, Gaby Vallejo, Jesús Urzagasti, Norah Zapata-Prill, Antonio Rojas, Jaime Nisttahuz, Nicomedes Suárez, Blanca Wiethüchter, Edmundo Paz Soldán, etc. En la ceremonia, la Academia anunció que dedicaría a Quirós parte del número 29 de su Anuario, promesa que cumplió. El Anuario 29 de la ABL –presentado en la Alliance Française (La Paz, 24.05.2015)– consta de 339 páginas, divididas en dos partes. La primera, dedicada a la vida y la obra de Juan Quirós, y la segunda, subdividida en cuatro secciones: I. Estudios / II. Incorporación de nuevos académicos / III. In memoriam / y IV. Vida académica.
En lo que atañe a las páginas dedicadas a Quirós, estas registran ensayos de Raúl Rivadeneira (Juan Quirós, semblanza y obra), Pedro Shimose (J.Q., poeta), Óscar Rivera-Rodas (La crítica literaria de J.Q.), Alfonso Gamarra Durana (J.Q., poema), Carlos Coello Vila (J.Q. y la revista Signo), Carlos Castañón Barrientos (J.Q. y el Movimiento cultural Prisma), Armando Mariaca Valdez (Presencia de Monseñor Quirós en Presencia), Teodosio Imaña Castro (J.Q., catedrático universitario), Jaime Martínez Salguero (J.Q., de carne y hueso) y José Roberto Arze (La biblioteca de J.Q., signo de su cultura personal).
Así queda fijada la trayectoria de este escritor insigne. El tiempo –contra todo conato de ingratitud, indiferencia u olvido– lo ha consagrado ya como uno de los más grandes maestros de la crítica en Bolivia (Anuario 29 de la ABL está a la venta. Puede adquirirse llamando a la secretaría de la Academia, en La Paz / tel. 2-2445381) // Madrid, 21.08.2015.
El Deber – Santa Cruz

viernes, 14 de agosto de 2015

Shimose titula bien: de "Traumas, relojes Despertadores y Catálogos Lujuriosos" cuando se refiere justamente a tres temas escabrosos, lo hace con el humor de siempre y cala hondo en su tratamiento...sabroso texto. bien Pedrito!

Acaba de publicarse un “drama con acompañamiento de cachondeo y dolor de corazón”. Como la carne es débil, algunos diputados y senadores han caído en la tentación de la carne. EL DEBER informó (ED/ 03.08.15) que, por los laberintos sulfurosos del Congreso, circulan demonios provistos de catálogos con ofertas de diablillas ‘calatas’ dispuestas a hacer pecar a los honorables que, por otra parte, no ofrecen mucha resistencia que digamos. Mediante comunicado, la Asamblea Plurinacional considera difamatoria la noticia “sobre una actividad ilegal en el Parlamento” (ED/ 06.08.15) y está que brama. Pero todo quedará en agua de borrajas porque la culpa es de Satanás, que nunca duerme. Lo que algunos diputados y senadores hojean con avidez no son catálogos de “trabajadoras del sexo”, sino ejemplares de la revista Playboy en versión aimara, quechua y guaraní, como manda la Constitución Plurinacional. 

*** Según el procurador general del Estado, don Héctor Arce, el embajador de Bolivia en el Vaticano, don Armando Loaiza, no dijo lo que dijo, solo “reflexionó” en voz alta, delante de un periodista chileno, al decir que el presidente Evo padece de un “trauma anticatólico”. Sorprende que sea el procurador del Estado y no el presidente Evo Morales quien explique este lío plurivaticano. Según Héctor Arce, “el jefe de Estado es de formación de esa religión” (sic). En buen romance, quiso decir que Evo es católico. Y si es católico, ¿por qué calla? (¿al presidente católico se le ha comido la lengua el gato?). El procurador general, “católico profundo” como se autodefine, cree que los “serios cuestionamientos (sic)” del Gobierno con el “sindicato católico” no tienen nada que ver con el ‘Hermano’ Francisco, sino con el cardenal Terrazas y la Conferencia Episcopal. No se ha enterado, por lo visto, de que el papa juega en otro equipo y en otra división. ¿Lo entenderá cuando repase el catecismo? (ED/ 10.08.15).

*** El gobernador de Oruro, don Víctor Hugo Vásquez, ha tenido la ocurrencia de regalar relojes con despertador a 40 funcionarios que llegan con retraso a su puesto de trabajo. El gobernador cree que con este gesto regulará la puntualidad de sus subalternos (ED/ 05.08.15). El canciller Choquehuanca oficializó el reloj aimara, el año pasado (Cumbre cruceña del G-77 + China), con las agujas girando al revés, hacia la izquierda. Que el gobernador orureño no olvide este detalle, no vaya a ser que en vez de llegar mañana, a las 8:25 de la mañana, sus empleados lleguen a las 8:25 en punto, pero del día de ayer. El regreso al pasado, con despertador. // Madrid, 14.08.2015.

miércoles, 29 de julio de 2015

Claudio Ferrufino vive "en su exilio estadounidense" escribe sin parar. produce una obra tras otra, como ésta "Un libro de peso" a cuatro manos con un español MADRID COCHABAMBA, no son crónicas dice el coautor, anque sí lo son, se refieren a 20 temas diferentes de ambas ciudades y pronto estará en la librerías. la obra es esperada con ansias.

¿Autopropaganda al ser yo uno de los autores? Nada de eso. Sucede que he recibido en mi refugio norteamericano los primeros ejemplares del libro (Editorial 3600, La Paz, con prólogo de Miguel Sánchez-Ostiz, contratapa de Willy Camacho y cubierta de Demian Ortiz) y me ha gustado. Ha pasado un año desde que a instancias de Pablo Cerezal (autor español de Los cuadernos del Hafa, obra de culto) iniciamos la aventura. Dos escritores acompañándose, no confrontados, hablando de sus ciudades, Madrid y Cochabamba, en una perspectiva brumosa que hermana a cualquier urbe. Tal vez por eso, Pablo lo subtituló Cartografía del desastre, porque su interior aviva ruinas, que ni impávidas ni silenciosas están o son, sino dinámicas, agonizantes, paridoras, plenas de emoción que no aplaca la valeriana de las viejas brujas.
Preguntan si son crónicas. Respondo que literatura; no que una desplace a la otra, pero carecen del meollo que las harían texto periodístico, sin disminuir tampoco su existencia en un ámbito más personal e íntimo, con las libertades artísticas y de estética (trabajo) que la literatura permite. Sin embargo, son crónicas urbanas, algo rurales también en el caso boliviano, donde ni el 52, ni la modernidad y peor la todavía presencia de generaciones que vivieron el salto, mantienen el rostro nacional como una simbiosis campo-ciudad, muy enraizado el campo en la idiosincrasia boliviana, fuera incluso de las diferencias sociales y hasta raciales.
Estas páginas abordan temas comunes: música, cine, muerte, amor, putas, libros, vicios y aficiones; Vallecas, barrio madrileño y Cala Cala, cochabambino, comparten esas minucias sobresaltadas del ser humano. El entorno las decora, agría o endulza, pero a la larga un cuerpo es lo que es, y un llanto lo mismo, sin importar el lugar ni cómo se llamaba ella (la escribimos dos hombres). Así como todo se olvida, igual se recuerda.
Un punto de apoyo entre ambos estilos, naturalezas, pasaporte y visión, un pivote, viene a ser que los protagonistas, casi casi autobiografía, salen de una clase media trabajadora que se mece entre dos mundos esperpénticos, el de arriba y el de abajo, el cielo y el infierno. En este medio, aunque los anarquistas de la Fracción del Ejército Rojo Alemán afirmarían que en medio no hay nada, es más sencillo manejarse e incursionar en lo otro, en cualquier dirección, y retornar cabizbajos al abrigo del café con leche, del pan con mermelada. Luego de las batallas, siempre las cortinas de la madre se mecen con suavidad de arrullo. De ahí hasta la próxima, en esa guerrilla insomne que es crecer y experimentar.
No confundamos, no es un texto “coming of age” para nada. No hay maestros que regañan ni morales que abofetean. Refugio, sí, el ya nombrado, pero fuera de eso la guerra, con consonancia terribles a veces y gratificantes otras. No es libro de niños bien ni cagaleches; Dostoievski, Nietzsche, Lou Reed, Rimbaud y Henry Miller desquiciados. El marqués, Sade, deambula escapado de Charenton para asociarse en la bruma. No letra con sangre; letra de sangre y esperma.
Desperté a las 4 de la mañana. Hasta las 8 había ya releído las trescientas once páginas. Este libro no es nuestro, ya se escapó. Por eso no puede creerse propaganda; sus autores ya no están, murieron, y, si viven, caminarán por nuevas Troyas de humo y alarido.
Queda acomodar el libro en el estante. Sobrecogedor, cómo explicarlo, una conjunción galáctica, un terremoto. Un tornado, mejor, de esos que pasan y dejan nada, solo memoria.

viernes, 24 de julio de 2015

Horacio vivía a pocas cuadras de mi vivienda Ingavi, esquina Bustillos y su voz se hizo popular en la radio potosina. pronto cambió a La Paz y según lo destaca Pedro Shimose ayudó en la fundación de PRESENCIA, el gran diario católico hoy desaparecido. Horacio cubría noticias del Palacio y el Dr. Paz le llegó a tener aprecio, compartían el hobby de la fotografía y se saludaban con gran cordialidad.

Ha muerto un gran periodista, un testigo de la historia boliviana de los últimos 65 años, un amigo potosino nacido en Sucre. Y no es broma; decidió ser potosino porque le dio la real gana y porque sostenía que en esa Villa Imperial, él había ‘nacido’ como ser humano. Allí transcurrieron su infancia y adolescencia. Horacio Alcázar (Sucre, 10.10.1930 – Santa Cruz de la Sierra, 15.07.2015) ha muerto a los 85 años, consciente de haber vivido una época interesante: guerras, revoluciones sociales, guerrillas, Concilio Vaticano II, hazañas aeroespaciales, el fin del colonialismo, la constitución de la Unión Europea, la desintegración de la URSS, la transición de China comunista al capitalismo, las innovaciones tecnológicas, cibernéticas, informáticas y todo lo que vino después y nos cambió la vida. 

Horacio dominó los secretos del periodismo radiofónico, escrito, fotográfico y digital. Contribuyó a fundar diarios (Presencia, en La Paz, y El Mundo, en Santa Cruz) y fundó empresas comerciales (Fotopress, Publipress). Perseguido por la dictadura banzerista, vivió exiliado en Buenos Aires. Amnistiado, volvió a la patria, pero su vida estaba rota. Aceptó su destino con resignación cristiana y reconstruyó su existencia con dignidad y fortaleza. Era un periodista de pura cepa: creativo, culto y entusiasta. Sus grandes virtudes fueron la modestia, la mesura y la discreción. Como jefe, pasaba inadvertido. ¡Jamás abusó ni hizo ostentación de su autoridad! ¡Jamás elevó el tono de voz! ¡Jamás censuró en público a sus subalternos! Cuando nos equivocábamos al escribir una crónica o al titular una noticia o cuando “pisábamos el palito”, al fiarnos de una fuente falsa, Horacio nos tiraba de las orejas mediante notas pinchadas en el tablero de redacción, en una sección titulada La picota del escarnio. En aquel ambiente y una vez cerrada la edición –pasada la medianoche– realizábamos sesiones de autocrítica, entre tragos, chismes y guitarreadas que, a veces, terminaban como el rosario de la aurora. Sin embargo, a las 10 de la mañana, Horacio estaba al pie del cañón: leído nuestro propio diario, examinados los periódicos de la competencia y dispuesto a planificar la nueva jornada. 

Cuando murió abatido por el cáncer, el cielo cruceño estaba encapotado, hacía frío y el surazo arrastraba el lamento de quienes le amaban y respetaban. Ahora que su cuerpo ha descendido al fondo de la tierra, solo cabe rezar una oración en su memoria y recordarlo como un periodista valiente cuando se trataba de defender sus ideales democráticos, siempre unidos a los combates por la libertad. // Madrid, 24.07.2015.

jueves, 16 de julio de 2015

poema que leyó Mariano Baptista en el zepelio de Luis Ramiro Beltrán (Moro Mayor) escrito por Alfonso Gumucio (Moro Menor) como un homenaje al hombre generoso, comprometido, apasionado, alegre y contagioso.

Aire para una tarde de sol

En este mundo pocos respiran.

El aire es con frecuencia violeta
demasiado mezquino y enrarecido.
No lo queremos compartir.
Peleamos por parcelas de aire.
Matamos por parcelas de miedo.

Hacemos como que vivimos,
pero en realidad estamos vegetando a medias
habitantes desorientados
en una construcción de engaños.
Respirar no es solamente inhalar
y expulsar el aire,
sino renovarlo y purificarlo para todos
es un servicio público.



Es lo que hacía a Luis Ramiro especial:
su manera de respirar era ética.
En otras palabras: inspiraba cuando respiraba.

Era un hombre generoso
y comprometido y apasionado y alegre
y contagioso.

Luis Ramiro era peligrosamente contagioso
por su integridad y su aire quijotesco.
Este país sería mejor
con unos cuantos contagiados.

Quiso enseñarnos a ser buenos.
No solamente buenos investigadores,
buenos científicos sociales,
buenos comunicadores y buenos ciudadanos,
sobre todo buenas personas,
dotadas de nobleza, solidaridad y compromiso.

Al Moro mayor del Moro menor,
su discípulo y su amigo.

Moro Gumucio 

sábado, 4 de julio de 2015

de fino sentido del humor, Carlos Antonio Carrasco quién fuera condiscípulo de Vargas Llosa en el La Salle de Cochabamba, se ocupa del nuevo amor del arequipeño y realista y amigable augura al gran escritor una nueva novela de amor.

Lo recuerdo nítidamente, sopando su canuto en el tintero y dibujando en el cuaderno, con sumo cuidado, las palabras que el hermano Lucio pintaba en la pizarra. Prestaba suma atención a la dicción española del fraile, sin poder ocultar sus prominentes incisivos que emanaban de su pequeña boca. Era el único peruano en la clase, y sin que ello sea un complejo se diría que se mostraba, más bien, taciturno, introvertido.
Al año siguiente ya no apareció para continuar el quinto curso de primaria en el Colegio de La Salle de Cochabamba. Empezaba 1946, cuando, durante ese invierno, el populacho paceño colgó de un farol al presidente Gualberto Villarroel. Con contactos esporádicos, seguí su fulgurante carrera literaria, leí una veintena de novelas suyas, comenté algunas de ellas, respondió unas líneas nostálgicas a mi felicitación por el Premio Nobel y a través de la prensa monitoree sus multifacéticas actividades.

Si la reinvención de sí mismo como principal actor de su comedia Los cuentos de la peste fue episodio singular en aquel teatro madrileño, Mario sigue sorprendiéndonos en su quehacer público y por el perfil de su vida privada. Pocos se casan con sus primas hermanas; y menos, muchos menos, con sus tías. Hombre de coraje y tenaz aplomo, últimamente ha confirmado la separación e inminente divorcio de Patricia, con quien había festejado hacía pocos días sus bodas de oro matrimoniales. La causa primordial para ese desfase se llama Isabel Preysler, bella exmodelo filipina de 64 años (que aparenta 63) casada primero con el cantante Julio Iglesias, luego con un marqués hispano, para después quedar viuda hace nueve meses del antiguo ministro de Hacienda español Miguel Boyer.
La noticia sobre este affaire afirma que estando ahora libres los dos, resolvieron fortificar la amistad que los unía desde hace 20 años. Naturalmente ese tórrido romance no es entendido por comentaristas envidiosos de la chance que tiene el novelista peruano al implantar una cálida primavera en el otoño de su vida. Se le critica por dejar a su mujer con la que estuvo casado 50 años, pero si la hubiese abandonado a los 50 días, la admonición hubiese sido mayor. Mario, como canta Julio (su predecesor de alcoba), “por querer ser siempre el primero… se olvidó de vivir”. Escribió en detalle la aventura de sus personajes, imaginando llegar a ser tal vez alguno de ellos, para romper la monotonía de un hogar ordenado, aburrido. Pero lamentablemente la vida “se vive solo un momento”, y a su edad, tanto para nobeles como para núbiles, cada día es valioso y el reloj de la existencia, en cruel cuenta regresiva, se acelera indefectiblemente.
Sería deplorable desperdicio que ese literato de portentosa inventiva se resigne a calzar pantuflas y a jugar con sus nietos, en lugar de dar rienda suelta a su papilla gustativa para saborear la vida con su favorita. Además, ambos son marqueses, amantes de la farándula, ricos, famosos y con buena salud. Ya sea en las residencias que Mario posee en Madrid, en Londres, en París o en Nueva York, será una pareja de celebridades altamente apreciable y halagadoramente frecuentable. Erudito en los misterios de la educación sentimental, Isabel será la musa, algo ajada, de su nueva novela, en la que, entrelazados, cocinarán una bella historia de amor para deleite de sus lectores y envidia de sus detractores. 

lunes, 29 de junio de 2015

Gastón que asegura haber intercambiado opiniones con dos patriarcas como Hugo Bilbao y Edwin Tapia sobre el despiadado humanismo que impera en el medio actual y la encíclica papal sobre la Ecología y de un libro infantil que le laceró el alma por su musicalidad y fondo educativo de Luz Cejas que le tocó presentar...

La prolífica escritora Luz Cejas de Aracena, presentó su último libro titulado “La Guarida del Dragón”. Se trata de un cuento en verso, hermosa literatura infantil de profundidad educativa con una versificación que incita a evocar a Rubén Darío, a Gabriela Mistral. Autora de más de una veintena de textos de hermoso formato y gran contenido. Es miembro activo de la Unión de Poetas y Escritores de Cochabamba, de la Asociación Latinoamericana de Poetas; y ha recibido distinciones de varias instituciones literarias, legislativas y universitarias nacionales y latinoamericanas. A propósito de la entrega de la obra aludida debo relatar algunas incidencias de contexto. 

En una reunión familiar tuve el honor de dialogar con dos intelectuales de fuste, el Dr. Hugo Bilbao La Vieja y Edwin Tapia Frontanilla, siempre prestos al debate reflexivo, a la provocación de temas filosóficos; esta vez: el porvenir de la Humanidad. Luego de una breve lectura de la violencia mundial, concluimos pesimistas, insistiendo en que dominan las fuerzas del mal pues por todas partes se advierte crisis de convivencia hacia el fin de la historia humana; quedamos con un sabor amargo de desesperanza.

Casi simultáneamente, escuché la conferencia de un alto miembro de la Cruz Roja Internacional, Hamid Jamshidi. Un experto en salvamento y protección de niños en situaciones de guerra. Demostró con imágenes patéticas el sufrimiento provocado por la maldad de los que gobiernan el mundo y provocan hambre, desamparo, orfandad, trauma, miseria, en el Asia, Africa, Europa, y en nuestro continente americano. Los que generan sufrimiento infantil y por la falta de ética, dan lugar a seres humanos proclives a la delincuencia y a la maldad intrínseca. La misma conclusión: especie humana carente de fraternidad, en riesgo de explosión demográfica, ecocidio, estallido nuclear planetario. Fin de la historia.

Frente estos temas registré dos eventos de esperanza. Primero la Encíclica Papal “Laudato Sí”. La Carta Magna de la ecología integral. El Grito de la Tierra-el Grito de los Pobres, del papa Francisco. Constituye un hito revolucionario donde se asocia la ecología Integral con la reivindicación social. De trascendencia política, ordena dar fin a la era del antropoceno en que estamos inmersos. Cuidar la Casa común, salvar la Creación de la Madre Tierra con toda la vida que contiene. Relievar la fraternidad universal. En realidad, esta Encíclica nació en Tikipaya cuando Leonardo Boff y Miguel d´Escoto elaboraron juntos “La Carta de la Tierra” y “La Ley de la Madre Tierra”, importantísimos documentos sobre las cuales elaboró el papa Francisco su sapiente y revolucionaria Encíclica. 

Luego, di lectura al hermoso libro de literatura Infantil de Luz Cejas. Sus versos cual las Rondas Infantiles de Gabriela, gustarán a todas las niñas en floración de virtudes. La musicalidad y el fondo educativo asociados llevan, con naturalidad y sencillez, a asumir valores morales en el proceso de formación de un ser superior creativo y bondadoso. Ese el valor de la obra enmarcados en el magisterio de la grandeza. 

Gracias a estos dos últimos sucesos, permuté mi pesimismo en renovada esperanza existencial. Sí, entre todos debemos asumir un cambio de conducta y de conceptos; nuevos referentes y paradigmas redentores. Se impone humanizar la tierra. Esculpir con amor el alma de los niños. Darles, desde el inicio de la vida, un sentido de coherencia moral para que siendo mayores tengan siempre el privilegio de pensar, sentir y obrar en lógica coherencia. Pedí aplausos a la insigne escritora artista.

viernes, 29 de mayo de 2015

un paseo por la novela boliviana. a grandes rasgos Manfredo Kempff Suárez nos lleva de la mano la cambiante semblanza de nuestra novela desde los orígenes de la República, el indigenismo, la Guerra del Chaco, la Revolución, sigue los cambios de la literatura y se adentra en el alma boliviana, para terminar con sus contenidos moder nos, libres del dogma y de lo nacional.

Ahora que transitamos por la Feria del Libro de Santa Cruz viene al caso recordar cómo en la Bolivia de la mitad del siglo pasado, estuvimos íntegramente apegados a la novela de la tierra o al indigenismo, con Arguedas, Chirveches, Medinacelli, Costa du Rels y otros más. Por ahí aparecerían dos cruceños que nos dieron lustre: Enrique Finot y Alfredo Flores. Después llegaría Enrique Kempff Mercado con su celebrada “Pequeña Hermana Muerte”, pero las circunstancias ya habían cambiado. Antes, nuestros novelistas daban una visión muy peculiar de lo que era el hombre boliviano en su medio, en la meseta fría, los valles templados o la llanura cálida. Eran los tiempos del amor inocente en los villorrios quietos y soleados.
Eran épocas en que la literatura no se daba licencias como para arriesgar con el sexo ni con los problemas sicológicos que podían espantar a los pocos lectores de una sociedad pacata. Todo era lento, puntilloso y con personajes vacíos y tímidos. Se escribía entonces no tanto para el disfrute como para la reflexión, no para el regocijo del autor sino para una esperada gloria que no admitía frivolidades. Había de sobra autores atrevidos en otras partes del mundo para leerlos a hurtadillas y a la luz de la vela, sobre escándalos amorosos, sexo furtivo y otras cosas que no podían tolerarse en las casas decentes, donde las señoritas estudiaban piano y leían poesía aunque les ardieran las entrañas, mientras que los jóvenes se hacían hombres sólo con el matrimonio o en la oscuridad de los patios de la servidumbre. En aquellas viejas taperas los padres hacían el amor – o simplemente procreaban – encerrados con  picaporte, sin chistar, para que nadie se enterara de que practicaban las aberrantes tentaciones de la carne, prohibidas en los catecismos religiosos si buscaban el gozo.
Luego de la guerra con el Paraguay vendría un cambio en nuestra literatura. La derrota había sido tan grande que los combatientes tenían algo qué decir de todo aquello. Y ese cambio viene desde las trincheras, desde los caminos polvorientos donde cayeron miles de jóvenes sin que nadie les explicara el por qué de su sacrificio. Ahí asoman con sus plumas aceradas aunque no del todo desenfadadas todavía, Augusto Céspedes, Gustavo Adolfo Otero, Cerruto, Otero Reiche, en una protesta a la que no se puede hacer oídos sordos.
La embestida no se queda en la crítica a la ineptitud de los conductores del conflicto, no se detiene en las acusaciones contra Salamanca o contra el comando militar, sino que va mucho más allá, a las raíces, que con mentalidad política revolucionaria, ven algunos : el enemigo es la oligarquía. Surge una literatura que podríamos llamar nacionalista. Es una figura un tanto vaga, pero señala algo, muestra que existen escollos para barrer, aunque en ello haya mucho de utopía. Ya no se trata, entonces, de remover del Palacio Quemado a un gobierno por otro, a un general por un coronel, se trata de cambiar el sistema imperante. “Metal del Diablo”, “El dictador suicida” y “El presidente colgado” del “Chueco” Céspedes, aparecen politizando la novela con una mixtura entre nacionalismo y populismo que provocan curiosidad y entusiasmo en una importante elite intelectual ávida de revolución y cambio.
Después, entre la década de los 60 y 80 se impone el “realismo social”, donde el autor asumía un compromiso político con la sociedad, desvirtuando muchas veces la novela. De antemano esa literatura estaba encuadrada en un argumento forzoso de donde saldría un mensaje a los lectores. La ficción, la inventiva, lo que hace placentera y atractiva la lectura quedaba maniatada, encadenada al dogma. Esto fue así y algunos autores muy valiosos que estuvieron alejados de aquel “realismo social” o novela “utilitaria”, fueron mal vistos y hasta menospreciados en los altos círculos literarios en boga, pese a su incuestionable calidad.
Hoy vemos que la novela se ha liberado grandemente del compromiso político. Ya se lo vislumbró con el “boom” cuando sus principales figuras se fueron aproximando más a la creatividad, la magia, la belleza, que a los mensajes fríos de la política. Por estos años la novela es mucho más libre porque enfoca temas cotidianos, del diario vivir, dedica mucho tiempo al sexo tema vital en el individuo, se sumerge en el cerebro humano escrutando pensamientos, mira la Historia y le arranca lo que puede apasionar al lector, pero está mucho menos sometida al compromiso encadenante del dictado partidario. Debemos felicitarnos de que en Bolivia disfrutemos hoy de una novela abierta a todas las mentes y que su lectura  produzca más placer que sacrificio.

lunes, 18 de mayo de 2015

himno, oración, odas por las enfermeras todas, aunque Gastón Cornejo "viejo cirujano" ha conocido tantas y tan meritorias que su texto adquiere dimensión histórica. Bien Gastón merecido homenaje al brazo derecho de los médicos "las abnegadas enfermeras"

Envuelta en el sayal piadoso de la misión fraterna, con tu erguida apostura de alba majestad ornada. Serena, imperturbable, meditativa, tierna, acudes presurosa allá donde el dolor lacera la esperanza. Elegida vestal de los mortales, predestinada de la albura en que la fe palpita; conoces la miseria que en silencio conspira, la angustia que yugula, el horror que calcina. Oblación de ternura, corola entumecida de pétalos floridos, cifra de amor que la humana gratitud consagra, humilde flor de arroyo. Dr. Federico Rivas Torrico. Bioquímico.

Ahora, mi homenaje personal como viejo cirujano que conoció, comprendió y admiró la distinguida profesión de enfermería, la más útil, benefactora y antigua consagración de servicio al ser humano sufriente. “Enfermera, noble apostolado, femineidad consagrada al alivio del dolor que estalla en llanto. Manos pródigas que acarician y generan serenidad y paz a pesar del sufrimiento; cual las manos de Cristo redivivo posadas con ternura en el soma que ya abisma su horizonte, por milagro inmediato, retornan la sanidad y la armonía homeostática. Replicada Madre Teresa de Calcuta, sin edad ni tiempo, en tu labor de ángel, restañas también las heridas sempiternas del espíritu. Profesional de Enfermería del tiempo posmoderno; a tu dulzura de mujer consagrada al servicio del prójimo, agregas sabiduría científica. Observas los eventos sucedidos en la interioridad de las entrañas, las ondas de energía que emergen del corazón, las solemnes del fuelle pulmonar, las del ritmo digestivo, la profundidad metabólica de las raíces orgánicas y las vísceras ocultas que trabajan silenciosas en urdimbre, conectadas siempre en favor de la vida. Enfermera, delicado ser que auxilia sin umbrales de fatiga, experta en la eficacia de la activa terapéutica; inyectas, movilizas, transportas, cooperas, proporcionas substratos; con rápida mirada de signos y de síntomas traduces la clínica objetiva, profetizas procesos, y cual nauta en bajel de vanguardia previenes riesgos, fomentas bienestar y condensas alegría en el alma de quienes requieren tu concurso. En tu diaria jornada, privilegias la bioética, suprema consigna insumida en tu conciencia, la portas cual presea, cuidadosa y digna. Tu compromiso no admite el peligro de un contagio, y sin reparo de riesgos, sin protesta alguna, a veces caes inmolada portando la bandera de la vida. En tu homenaje, la mejor salutación sensible es evocar la presencia intemporal y sagrada de todas las enfermeras pioneras que antecedieron las actuales de la salud obreras; significando el respeto que merecen todas y cada una de las multiplicadas heroínas. Al hacerlo, rescato con amor el recuerdo de Mirna Salinas caída en la trinchera, y pido la bendición de Dios para el ángel tutelar de la salud, para todas las enfermeras de la Patria. Cuántas heroínas conocí en mi larga profesión de cirujano: la Rda. Virginia Arnone del Pabellón en el viejo hospital Viedma; la Rda. Justina, encargada del quirófano en el hospital Setton; la Rda. Elyzabeth del Maryknoll atendiendo altruista a los pobres en Condebamba; la Madre Caroline Mayer, de Chile, ahora deCochabamba; la Madre Fulvia del Pio X; la Madre Estefanía que alimentaba a los pobres en sus visitas nocturnas; la enfermera Alejandrina Candia en cirugía mujeres 1º. Y enfermeras científicas, por miles. Yo privilegio con amor a mi enfermera esposa. Todas bondadosas y de enorme valor existencial e inolvidables. Honor y afecto a todas ellas en el Día consagrado a la Enfermera.