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miércoles, 11 de enero de 2012

lamentando nuestro involuntaria ausencia reproducimos aquí una primera parte de la entrevista al escritor, filósofo y literato cochabambino que reside en México Samuel Arriarán


Presentación y coloquio del libro Literatura y Multiculturalismo, con el autor boliviano Samuel Arriarán (Miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 1 y Doctor en Filosofía por la Universidad Nacional Autónoma de México), a cargo de Rubén Vargas y Marcelo Reyes. Este jueves 12 de enero a las 19:00 en el Auditorio de la Alianza Francesa de La Paz, Entrada Libre y Vino de Honor.

AZ: ¿A qué debemos tu visita a Bolivia?
SA: Vine a Bolivia  por motivos familiares, para pasar la navidad  y paralelamente aprovechar la oportunidad de presentar mis dos últimos libros publicados en México que se llaman Literatura y Multiculturalismo y Filosofía  de la Memoria y el Olvido, y también la posibilidad de dar algunas conferencias sobre literatura boliviana, temas  que he estado trabajado estos últimos años,  sobre la obra de Jaime Saenz,  Néstor Taboada Terán y  de un novelista importante que acaba de fallecer que es Renato Prada Oropeza,   como sabes en septiembre del año pasado tuvimos la noticia triste de su fallecimiento.
AZ: ¿Puedes bosquejarnos un poco la sorpresa que puede depararnos la lectura de estos dos libros?
SA: En el  libro Filosofía de la Memoria y el Olvido trato del tema de cómo en la historia tendemos las sociedades actuales a  olvidar el pasado. En el caso de  Bolivia por ejemplo   las nuevas generaciones,  ya no se les enseña  la historia de lo que sucedió, sino que todo se concentra en la enseñanza de la actualidad y el futuro. Pero al igual que en otros países el problema es que no se puede dejar de pensar en el pasado; el pasado es importante porque  es el puente para comprender el presente y el futuro. Sin una memoria del pasado, sin una comprensión de la historia de lo que sucedió,  pues el problema es que  repetimos los mismos errores. Por ejemplo en  el caso de Bolivia, se ha borrado lamentablemente la historia de lo que sucedió  durante las dictaduras militares. Entonces el no recordar lo que sucedió hace que las nuevas generaciones sean fácilmente manipulables, es decir se les da una falsa visión de lo que es la realidad actual, y se les crea falsas expectativas. ¿A dónde va Bolivia?, ¿Cuál es el camino de Bolivia?, por ejemplo, no se puede decirles a donde va Bolivia si no saben que ha sucedido antes, por eso es la importancia de la memoria, el problema de la memoria histórica sobre todo. Las sociedades como las personas tendemos a olvidar lo que ha sucedido, recordar el pasado implica un trabajo de duelo, un trabajo de rememoración, de curación; así como las personas, las sociedades también se enferman. Entonces recordar el pasado implica una doble tarea, que es cómo olvidar para no repetir los errores del pasado, y eso hace que podamos curarnos  de nuestros traumas. 
Ese es el objetivo por el que he escrito ese libro, para mostrar la importancia de no olvidar el pasado, de  atender el tema de la memoria, y ver que el olvido cumple una doble tarea, por una parte puede ser negativo y por otra parte positivo; y en  este libro he tratado de comparar la experiencia histórica de los países similares a Bolivia, por ejemplo países que   han pasado por las mismas dictaduras militares, como Argentina, Chile, Brasil, y en Europa también.  En Europa tenemos el caso de España por ejemplo, durante la guerra civil en los años de 1936-39,  hubo una guerra civil que dejó muchas huellas, muchos traumas en la sociedad española, pero igualmente el problema es que actualmente el gobierno español no quiere que se recuerde ese pasado, dice que no hay que ver lo que sucedió  sino ver el presente y el futuro, pero con esto pues nuevamente se manipula a los jóvenes borrándoles esa parte importante de la historia de España. Tenemos el caso de las sociedades del bloque de los países socialistas, la Unión Soviética, Yugoslavia,  Checoslovaquia, Polonia. Todos esos países también han borrado de su memoria el pasado, lo que ha sucedido. Durante muchas décadas el estalinismo como sistema de gobierno les creó muchos problemas, igual que aquí en Latinoamérica, las dictaduras militares provocaron represión y persecución política. Y ahora como ya esos países que eran socialistas ahora son capitalistas creen que   fácilmente pueden olvidar ese pasado socialista que tuvieron. Pero el problema es que nuevamente caen en una trampa  de creer nuevamente en las ilusiones del capitalismo.
AZ: El aspecto positivo al concebir la posibilidad del olvido ¿A qué te refieres?
SA: El olvido es importante porque es la otra cara de la memoria, la memoria es no olvidar lo que ha sucedido, mantener en la memoria el recuerdo, por ejemplo  la Guerra del Chaco, la dictadura militar de Banzer, eso no hay que olvidar, es importante no olvidar. Pero también es importante olvidar, o sea es una paradoja, ¿Por qué es importante olvidar? Porque  no se puede vivir sin el olvido, si no asumimos lo que ha sido la experiencia del golpe de estado,  no podemos seguir viviendo, pero al mismo tiempo para seguir viviendo hay que olvidar. Porque justamente, esas experiencias han sido dolorosas, entonces por eso mismo el dolor provoca rencor provoca venganza. Entonces el olvido terapéutico es olvidar-perdonar,  ese es el lado positivo del olvido:  uno no puede vivir en el rencor, en la venganza.
AZ: Recuerdo una frase de Borges aludiendo a Funes el Memorioso,  algo así como que el olvido puede ser el mayor de los castigos o el mayor de los dones, el mayor perdón...
SA: Sí, en mi libro recurro mucho a autores, por una parte también hay sicólogos como Freud,  Jung, pero más que todo a autores de la literatura, poetas como Borges, por ejemplo. Porque ellos han visto muy claramente, como en el caso de Funes el Memorioso... que todo lo memorizaba, detalles que no tenían mayor importancia en la vida cotidiana,  como por ejemplo el ruido de una mosca, o cuantas letras tenía una carta; su memoria era tan poderosa, tan patológica que no podía  ni dormir. Entonces ahí está el problema de que el no poder olvidar lleva al infierno, al insomnio.  Uno para dormir tiene que olvidar lo que ha vivido de día, sino  es imposible dormir,  y Funes tenía una mente que recordaba todo, entonces ese es el mayor castigo, el no poder olvidar, quedarse en la parte de la memoria.
AZ: ¿Cómo logras entrelazar, por ejemplo,  a Proust con la idea de la memoria, esta narración casi biográfica  que hace en su obra? 
SA: Por una parte me apoyo en autores como Ismael Cadare, u otros autores,  que hablan de culturas como la de Bolivia, donde predomina  mucho el rencor, la venganza, el odio; tanto aferrarse a la tradición, lleva a no olvidar el pasado,  es decir a mantener rituales de épocas antiguas hasta el presente, eso implica imposibilidad de sobrevivir en un mundo que ya cambiado y que es muy complejo, por una parte. Por el otro lado, en relación con autores como Proust, que ha tenido la virtud de hablar de la memoria, más que el recuerdo, como una capacidad de  rememorar o revivir los momentos importantes de la vida.  Por ejemplo, él escribe su libro para no olvidar su infancia, la infancia como  un mundo en el que él tenía una  cierta relación mágica, cualquier cosa del presente estaba asociado a  su memoria infantil,  el sabor del té, o escuchar las campanas de  la iglesia de Cambrai   le hacía recuerdo, le hacía revivir.
Ese es el aporte de Proust al problema de relación entre la memoria y el olvido.  Es la parte positiva de la memoria, cómo la memoria no es solamente recordar por recordar. Porque para qué sirve tener tanta información, en las computadoras hay más información y mejor que la que podemos tener en nuestro cerebro. Entonces no es la memoria por la memoria, sino la parte sensible de la memoria, que es la parte afectiva, la parte de los sentimientos. La memoria de Proust revive esos sentimientos a través de huellas  que quedan en el presente, por eso  es que he dedicado todo un capítulo entero a la obra de Proust, principalmente a su monumental libro en siete tomos En Busca del Tiempo Perdido. La memoria está asociada al problema del tiempo como vinculo del pasado presente y futuro. Entonces es bellísimo lo que nos dice Proust de lo que representa la memoria y el olvido, las situaciones, los momentos positivos, las alegrías; porque todo el tiempo cuando recordamos nos gusta recordar solamente la parte de los sufrimientos, las partes que no tienen que ver con los momentos alegres, los momentos felices. Y toda la obra de Proust  es recordar, utilizar la memoria solamente para  los momentos felices, cuando sentía alegrías de niño.   Eso es lo que nos aporta Proust al problema de la memoria y el olvido.