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lunes, 16 de julio de 2012

hay tanta carga poética como política en la prosa de Gastón Cornejo referida a un texto de Chato Peredo convertido en trovador que se refiere al sordo y ciego al extraño habitante de Orinoca

Al alba de un domingo de invierno, pasado el Solsticio Andino, he leído tu trabajo en verso, cual Martín Fierro renacido en tu garganta. Al inicio me costó agarrar el hilo y la médula del relato en su quinta esencia expresado. Más, continuando lectura, inmediatamente escuché la música contenida y su fondo vibrando en eco de poesía, de patriotismo afinado. He enderezado las letras y las estrofas quemantes, he subrayado las que contienen misiles fuertes y dinamita en mensaje. Hay tonada resonante cantada en pensamientos de fuego, de música que hiere el alma, por la verdad y denuncia de actuales temas hirientes. TIPNIS, bancos, gasolinazo y empresas, y palabras desbocadas del mandatario cercado por avezados gañanes. 

El socialismo soñado va camino a la agonía, la corrupción de la mano, contramarcha de cocaleros y adulones con bandera en el Palacio, el Parlamento, en las calles; las pozas de macerado, en los parques, el tráfico de cocaína, el lavado de dinero, mal habido. Los que utopía soñamos, frustrados de indignación, renegamos del que ofreció gobernar obedeciendo. Un día propuse para él, el premio Nobel de la Paz y la política, más pronto nos dimos cuenta que otro era su sentir y poco a poco perdimos el amor al líder indio, y a su comparsa de sembradores de coca. Aquel extraño habitante de Orinoca que un día nos invitó a exponerle tres errores para corregir su actuar, para mejorar su gesto, para respeto brindar. Ahora es sordo y es ciego, de la humildad alejado; más amigo de los ricos y banqueros, de la oratoria extraviada, de adulones acosado sin medida ni clemencia. Lo único rescatable a aplaudir, es su firmeza en la agenda con Chile, mar con soberanía de nuestra costa perdida para acudir a La Haya. 

Yo me voy envejeciendo y veo el tiempo pasar, está más lejos el tiempo de construir socialismo, se ha perdido el camino que iniciamos con afecto, cuando pusimos el alma, nuestra historia personal, infinito patriotismo. No es honroso el accionar del político instrumento hoy ajeno al socialismo, sin rumbo ni ideología. Los camaradas de entonces no son los mismos o tienen otro pensar. Todo el proceso de cambio resultó una ilusión pasajera. No hay coraje, ningún cambio, todo es mentira y ficción. Luis Rico cantándole al viento, los del TPNIS calumniados y vejados en su propia dignidad. La hermosa Constitución, la que aprobamos marchando, debatiendo trasnochados, es herida cada instante por los mismos responsables. Al leer la hermosa canción del guerrillero Peredo, asumo que también él, carga los mismos pesares. Como Benjo Cruz, Néstor Paz, quisiera volver a joven para iniciar mi batalla con guitarra y con fusil, pletórico de ideología, acompañando al héroe de Teoponte. En los indígenas del Sécure, en quien dirigió guerrilla, identifico a mi Patria. En los seres que caminan defendiendo los derechos de la Madre Pachamama, amazónica y andina, por los legítimos fueros, reconozco la bandera de mis dorados años de antaño comunistas, de Allende y Neruda, de Elías Lafertte en Chile. Esa es la Bolivia pura, la del mañana, pletórica de dignidad, la de mis sueños errantes; esa la claridad, el ejército de seres que vale bien respetar. A mediados del año en curso, los TIPNIS retornan a su trinchera en el parque, a defender su familia, la mara y el cervatillo, contra los tráiler, los Caterpillar que cortarán el corazón de la selva. Tú guerrillero en reposo temporal, limpia el fusil, de su pátina polvorienta. La sangre teñirá de rojo los manglares en el Isiboro ardiente, caínes uniformados contra hermanos bolivianos, nuevamente. Es preciso despertar al Andante Caballero, a limpiar su yelmo y lanza, a Rocinante montar.