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viernes, 10 de agosto de 2012

retórica de la confusión. "la raza no es tema del censo" en labios de Viviana Caro que Pedro Shimose desglosa así:


La ministra de Planificación y Desarrollo, Viviana Caro, aplica lo que ha dado en llamarse la ‘lógica andina’, es decir, la retórica de la confusión, y suelta frases dignas de Heráclito, el Oscuro. Primero declaró: “La raza no es un tema del censo”. En seguida aclaró: “Todos somos una mezcla; es muy difícil que podamos decir a qué raza pertenecemos plenamente” [EL DEBER, 01.07.12], y un mes después –al anunciar la fecha de realización del censo– soltó esta perla: “La palabra ‘mestizo’ incorpora una definición biológica de raza (¿?) y nuestra Constitución, por principio, no es discriminatoria (¿?)” [ED/ 03.08.12]. Por lo tanto, lo ‘mestizo’ queda excluido del censo.

Queda claro que si “todos (los bolivianos) somos una mezcla (de razas)” –según la ‘lógica andina’ de la ministra– es muy difícil que podamos decir a qué raza pertenecemos plenamente”. En otras palabras, si somos mestizos (“una mezcla”, según la ministra) los bolivianos no podemos “decir a qué raza pertenecemos plenamente”, o sea, que el Gobierno busca la ‘raza pura’ para consolidar su visión maniquea de la población boliviana: indios y no-indios. Según el Gobierno, los mestizos no existimos. Mucho me temo que la ministra no conoce las conclusiones de un estudio que realizó hace dos o tres años, acaso, la Fundación UNIR, de la fallecida senadora masista Ana María Romero. Dicho estudio arroja un resultado que sorprendería a los gestores del censo y a la misma ministra de Planificación y Desarrollo: el 65% de la población boliviana es mestiza, el 10% es aimara, el 15% es quechua y el resto es caucásica o de ot
ras etnias. Dejo constancia que cito de memoria, pero ahí están los datos autorizados por la que fuera estrella refulgente del MAS y de la Asamblea Plurinacional.

Pero el MAS y sus intelectuales orgánicos se obstinan en forzar la realidad étnica boliviana mediante sofismas y cuestionarios capciosos, tipificando nuestro país como un ‘país de indios’. No puede calificarse de otra manera la pregunta: “¿Usted se considera (¡sic!) perteneciente a alguna nación (¿?), pueblo indígena originario campesino?”. Hay dos opciones: Sí o No. De manera que si el censado ‘se considera’ (¡sic!) perteneciente a alguna nación originaria a la que en realidad no pertenece, se origina un descomunal engaño. Por ‘considerarme’, yo puedo ‘considerarme’ perteneciente a la nación aimara, como el obispo Obermaier, en 2001, pero ni yo ni el obispo Obermaier somos indios ni aimaras, ni pertenecemos a nación originaria alguna.

Como no pertenezco a ninguna ‘nación indígena’, debo defender mi identidad diciendo que soy boliviano mestizo como la mayoría de los ministros del actual gabinete, incluida la ministra Viviana Caro. No hay por qué negar la condición de mestizo, a no ser que se defiendan oscuros designios. En el fondo, al Gobierno le interesa manipular el censo para seguir proclamando que Bolivia es “un país de indios” y seguir fingiendo que representa a los indígenas, aunque después del Tipnis eso ya no cuela.
Con la papeleta del censo en la mano, los bolivianos descendientes de árabes, africanos, hindúes, asiáticos, croatas, alemanes, italianos, ingleses, franceses y demás etnias inmigrantes establecidas en Bolivia, seremos ninguneados una vez más el próximo 21 de noviembre. ¿Dónde colocamos la ‘x’? Nosotros, los mestizos, debemos defender nuestro derecho a existir no solo jurídicamente. La estadística también cuenta. (Continuará el próximo martes). // Madrid, 10.08.2012.

(*) Escritor