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martes, 27 de septiembre de 2011

conmovedor, tierno y sentido homenaje de Alfonso Gumucio a su entrañable amigo Renato Prada quién fuera mi profesor de filosofía en la U. Católica fallecido en México hace poco








En 1969 fue el primer escritor boliviano que obtuvo el prestigioso Premio Casa de las Américas, por su novela Los fundadores de alba. El libro ganó ese mismo año el Premio Nacional de Novela Erich Guttentag en Bolivia, consagrando a Renato Prada Oropeza como uno de los principales narradores de su generación.


Alejo Carpentier, el gran escritor cubano, dijo en nombre del jurado del Premio Casa de las Américas: “El jurado de novela hubo de considerar, este año, numerosas obras enviadas al concurso. Pronto, la atención de los jurados se fijó en el texto de Los fundadores del alba. Era evidente que enLos fundadores del alba un tema nuevo irrumpía en el epos de la novela latinoamericana: el tema de las guerrillas revolucionarias -en este caso, de las guerrillas bolivianas, dramáticamente actualizadas ante la expectación mundial, aunque en fecha todavía reciente, por el extraordinario documento histórico que es el Diario del comandante Ernesto Che Guevara. El propósito era interesante en extremo, aunque bien sabíamos que en literatura no bastan buenos propósitos para hacer obra buena. La lectura y relectura del manuscrito entero no tardó en convencernos, sin embargo, que nos hallábamos ante una obra de muy alta calidad, enriquecida por grandes aciertos de factura”.



Lo interesante es que Renato empezó a escribir la novela antes de que se supiera que el Ché estaba en la guerrilla boliviana.


Otro miembro del jurado, Mario Vargas Llosa, escribió: “Era fácil caer en la demagogia estilística y en el maniqueísmo al abordar un tema como el de las guerrillas, pero el autor, pienso, ha sorteado bien esas tentaciones, esforzándose por mostrar las motivaciones y convicciones íntimas de todos los personajes, de una manera objetiva y equilibrada”.


Si Renato hubiera empezado a publicar unos pocos años antes, sin duda hubiese sido considerado parte del “boom” de la literatura latinoamericana junto a los dos grandes autores citados anteriormente, y a muchos otros de esa generación.


De esa época, siento especial preferencia o debilidad por Ya nadie espera al hombre, que obtuvo en 1968 el Premio Nacional de Cuento Edmundo Camargo. Los cuentos de ese libro impactaron a mi generación.



Lovaina, 1972

Lo que vino después es una carrera literaria y de investigación muy sólida que llevó a Renato Prada de Cochabamba a Roma (donde completó un doctorado en filosofía en 1972), de Italia a Lovaina (donde hizo un doctorado en lingüística en 1976), y de Bélgica a Xalapa, México, donde fue durante 35 años investigador y profesor en la Universidad Veracruzana y en la Universidad Autónoma de Puebla.


Un itinerario de más de 40 años a través de 30 obras publicadas: 5 novelas, 8 libros de cuentos, 2 poemarios, 15 estudios sobre teoría literaria, además de muchos ensayos breves, cuentos dispersos en revistas y antologías, traducciones, ponencias y conferencias magistrales en evento, y guiones de cine para su hijo Fabrizio. La lista de premios y distinciones recibidas es también amplia. Todo eso está en su página web, desde donde nos mira fijamente a los ojos.




Alfonso Gumucio y Renato Prada, 1972


Para volver a encontrar el inicio de mi amistad con Renato tengo que perderme en el pasado, y sumar sin pudor unas cuatro décadas. Conservo unas fotos en blanco y negro que nos tomamos en su casa en Heverlee, en las afueras de Lovaina, Bélgica, cuando lo visité en noviembre de 1972. Las dedicatorias que conservo en sus libros son testimonio de otros encuentros en otras latitudes.


En mi primer libro, Provocaciones (1977) incluí una conversación en la que Renato habló de su temprana vocación literaria: “Había leído más de diez veces Martín Fierro, y era el libro que me gustaba más. Impresionado por la novela fácil de Hugo Wast, por ejemplo Miriam la conspiradora, empecé a escribir una novela. Creo que llegué a las cien páginas, pero lamentablemente no se concretó; seguramente no tenía ningún valor literario, pero por lo menos un valor sentimental para mí. Esto pasó cuando tenía aproximadamente doce o trece años, lo recuerdo bien porque escribí durante toda una vacación de invierno y pensaba terminar la novela para la vacación final, pero se me olvidó como tantos otros proyectos.”


Se refirió también a la presencia permanente de la muerte en su narrativa: “Es un denominador común en casi toda mi obra porque pienso que la muerte es una constante del hombre. Si hablo en este instante es porque defiendo una actitud de cara a la muerte. En cuanto a las otras preocupaciones, son las que nos distraen de la idea de la muerte, que es la esencial. No quiero decir que debamos andar vestidos de negro pensando en que la vida ya no tiene solución, sino que lo importante es jugar el juego de la vida con sus limitaciones, luchando por el ordenamiento de la sociedad, la justicia social radical, etc. Una forma de luchar contra esta amenaza individual que es la muerte es unirse en sociedad.”



Renato Prada en Xalapa, Veracruz, en 1982

Cuando le pregunté cómo quería que su obra fuera valorada expresó: “Yo quisiera que mi aporte, al lado del de otros escritores, fuera fundar una narrativa boliviana con caracteres universales, a partir de una temática nacional, pero con un lenguaje que sea comprensible a cualquier hombre.”


Diez años después de aquellas fotos borrosas de Lovaina, en 1982, fotografié de nuevo a Renato en Xalapa, México, y una de esas fotos mexicanas fue la que escogí para incluirlo en la serie de 50 retratos de escritores, artistas y políticos que exhibí en La Paz y Cochabamba el año 1990, con el título “Retrato Hablado”.



Renato Prada Oropeza en la UNAM, México, en 2009

Tantas idas y venidas, como dice la cueca, y volvimos a coincidir en México en 2009. En ocasión de una conferencia que dio en la Universidad Nacional Autónoma de México, lo fotografié esta vez con el telón de fondo del edificio de la biblioteca de la UNAM, completamente cubierta por un mural en mosaico de Juan O’Gorman.


El 30 de junio vino a casa y su visita quedó plasmada en una foto delante de un cuadro de Raúl Lara, (quien falleció hace pocas semanas). Ese día nos dejó una nota hermosa, unos versos: “Los dedos de la lluvia / –inocentes y tiernos- / tamborilean en los cristales / en la amplia y acogedora sala / desde el marco de un cuadro / nos escruta el rostro severo de Van Gogh / la ternura de Katy / la siempre fiel amistad de Moro / todo me cobija con el nido de la amistad / Esa escena con cuatro actores / quedará en mi memoria / como un tiempo que vence / al tiempo”.


Renato hizo la mayor parte de su vida literaria y académica fuera de Bolivia, como les ha tocado a otros escritores bolivianos que han encontrado fuera del país las oportunidades de investigar, escribir y publicar que nunca tuvieron en Bolivia. Nuestro país no es generoso con la cultura y el arte, y no es agradecido con sus grandes artistas e intelectuales. Tantos son los que de haber tomado la decisión de dejar el país, se hubieran salvado del olvido.


Todo Lo anterior importa porque Renato Prada Oropeza, amante de la literatura y del cine, amigo entrañable, nos ha dejado. Murió en Puebla, México, el viernes 10 de septiembre, rodeado por Elda, su esposa durante 45 años, y sus hijos Ingmar el científico, Fabrizio el cineasta e Ixchel la artista creativa, quien llegó urgentemente desde Londres. Apenas sintió su mano, Renato supo que estaba completo, dejó rodar una lágrima y se fue en paz. (En la transcripción se alteró el orden de las imágenes por lo que pedimos mil disculpas. El texto completo y las fotos en orden se pueden ver en: http://boliviaprimeraplana.blogspot.com,  (Bitácora Memoriosa)

lunes, 26 de septiembre de 2011

fascinante. el idioma español favorito en Francia y en Suecia ocupa increíbles porcentajes de estudiantes que lo aprenden en todos los niveles


El español es la segunda lengua extranjera más estudiada, después del inglés, en los centros de enseñanza primaria y secundaria de Francia y Suecia, según datos difundidos hoy por la oficina de estadística comunitaria (Eurostat).
El 15 % de los niños franceses y el 16 % de los suecos estudia español en primaria, mientras que en secundaria el porcentaje asciende al 65 % y al 43 %, respectivamente.
El español también es el segundo idioma extranjero más estudiado en la enseñanza primaria y durante el primer ciclo de secundaria en las escuelas de Reino Unido, después del francés, aunque durante el segundo ciclo de secundaria los alumnos británicos optan en su lugar por el alemán.
La estadística, que recoge datos de 2009, pone de relieve la total supremacía del inglés como lengua extranjera más estudiada en los Veintisiete (lo estudia el 82 % de los alumnos de primaria y de primer ciclo de secundaria y el 95 % de los estudiantes de los últimos años de la secundaria).
Malta, España e Italia son los países donde más alumnos estudian inglés (100 % en el caso de Malta y 99 % en el de los otros dos países).
A nivel de la Unión Europea (UE), el segundo idioma extranjero más estudiado en la escuela primaria y el primer ciclo de secundaria es el francés (16 %), mientras que el alemán se impone en el segundo ciclo de secundaria (27 %).
El español ocupa la tercera posición como segundo idioma más hablado en la UE (lo aprende el 6 % de los europeos en primaria y al comienzo de la secundaria, y el 19 % de los alumnos de los últimos años de secundaria).
En España el inglés es el idioma extranjero más estudiado tanto en primaria como en secundaria, mientras que el segundo puesto lo ocupa el francés.
El 99% de los niños españoles estudia inglés en primaria, porcentaje que en los últimos años de secundaria se sitúa en el 94 %.
El francés lo estudia el 18 % de los niños en primaria y el 27 % de los alumnos de los últimos años de secundaria.
Los datos se dieron a conocer con ocasión de la celebración hoy del Día Europeo de las Lenguas.

viernes, 23 de septiembre de 2011

enaltece al teatro boliviano que la familia Travesí, conserve el festival de Teatro superando todo obstáculo y hubiese llegado a la versión XX. Julio Travesí estará contemplando feliz ese desarrollo desde el más allá

Quince elencos de Cochabamba, Santa Cruz, Chuquisaca y La Paz participarán en el XX Premio Nacional de Teatro “Peter Travesí Canedo”, acontecimiento que será inaugurado el domingo 25 de septiembre, a las 16:00 horas, en la plaza principal “14 de Septiembre”.

El acontecimiento, organizado por la Oficialía Superior de Cultura de Cercado, la Gobernación, el Instituto Boliviano del Arte y otras entidades, se extenderá hasta el viernes 30 de septiembre, con funciones en diferentes horarios a efectuarse en el teatro Achá (calle España entre Heroínas y Bolívar) y en el teatro Adela Zamudio (Av. Heroínas casi 25 de Mayo).

El responsable de Políticas Culturales de la Oficialía, Marco Antonio Marín, señaló que para la inauguración se ha previsto un espectáculo de teatro callejero a cargo de La Murga del Teatro Trono, así como la actuación de la agrupación Quimbando.

Posteriormente, desde el lunes se dará paso a las actuaciones de los elencos seleccionados.

PARTICIPAN  Teatro Grito (La Paz), Títeres El Kusillo (Cochabamba), Compañía de Teatro Claudia Eid (Cochabamba), Urgando Teatro (Sucre), De Trapitos y Botones (Cochabamba), Madrastra Teatro (Cochabamba), Teatro Bogatir (La Paz), Teatro Trono (Cochabamba), Baúl Teatro (Santa Cruz), El Kunker (La Paz), Albor (La Paz), Entre dos Aguas un Teatro (Sucre), Teatro Feroz (La Paz) y Teatro con Leche (Santa Cruz).

Tales agrupaciones, informó Marín, fueron seleccionadas en semanas pasadas por un comité seleccionador invitado por la Oficialía y confirmado por Luis Bredow, Hernán Medrano y Grober Lore-do. 

Marín destacó la diversidad de propuestas que traen los grupos, entre teatro callejero, juvenil, títeres para niños y otros géneros.

Cada elenco seleccionado será galardonado con un premio de Bs 4.200, cumpliendo los términos de la convocatoria de la actividad, que como en años pasados no tiene un carácter competitivo, sino más bien de encuentro escénico.

El funcionario informó además que el Premio -a excepción del lunes cuando se efectuará una sola función a las 20:00 horas en el Adela Zamudio- ofrecerá funciones a las 10:00, 19:00 y 20:00 horas.

Por la mañana, el acontecimiento se trasladará a diferentes unidades educativas, donde se llevarán a cabo funciones gratuitas.

Quienes deseen mayores informes pueden visitar el sitio web: cochabambateatro.blogspot.com.

ANTECEDENTES El 4 de noviembre de 1990, el Congreso Nacional sancionó la Ley No. 1190, mediante la cual se instituyó el Premio Nacional de Teatro "Peter Travesí Canedo", como medio de estímulo a la actividad teatral en Bolivia, además de premiar a lo mejor de las puestas en escena en el país durante el año.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Renato Prada profesor nuestro en la Universidad Católica. su materia Filosofía. 1965 convento de Las Teresianas.


Homenaje a Renato Prada Oropeza


Los Nombres del Infierno
Por Samuel Arriarán

Renato Prada
El pasado 9 de Septiembre falleció en Puebla el escritor boliviano Renato Prada Oropeza. Autor de más de 40 libros, publicados, inéditos o perdidos (novelas , cuentos, ensayos y poesía) llegó como exiliado a México en los años de 1970. Realizó estudios de doctorado en Filosofía y Letras en las Universidades de Lovaina, de Bélgica y La Sapienza de Roma. Se estableció en la ciudad de Xalapa, Veracruz donde formó a varias generaciones en la Universidad Veracruzana y desarrolló una productividad intelectual bastante notoria. Al momento de  su muerte tenía el nivel III del Sistema Nacional de Investigadores, la máxima distinción a la creación intelectual que otorga el gobierno mexicano. Entre otros premios que obtuvo a lo largo de su carrera hay que recordar el premio Casa de las Américas, en La Habana, Cuba, por su novela Los fundadores del alba, y que en Bolivia ha tenido cerca de cincuenta reediciones.
A continuación, ofrecemos un artículo sobre uno de sus libros perdidos como homenaje a este brillante escritor cuya obra se nutrió fundamentalmente del pueblo en que nació y que nunca dejó de amar.
¿Hay libros perdidos de Renato Prada? Sí, por lo menos podría considerarse como tal un importante libro de cuentos: Los nombres del infierno.  Ciertamente, hubo una edición en 1985, por la Universidad Autónoma de Chiapas. Pero lamentablemente dicha edición no circuló normalmente debido a una complicación administrativa (una sucesión de Rector con implicaciones políticas). ¿”Se desapareció” el libro deliberadamente? ¿No circuló por razones de censura? Nadie  puede saber que sucedió, pero, para nosotros los lectores, se puede dar por perdido, al igual que cualquier libro que,  por estar mal colocado, no lo podemos encontrar en una biblioteca. Los relatos reunidos en este libro  se sitúan  después del golpe de Estado 1971 (golpe ejecutado por comandos paramilitares encabezados por Hugo Bánzer contra el gobierno izquierdista de Juan José Torres). Esta dictadura militar duró hasta 1978 y se caracterizó por una creciente intensificación del odio institucionalizado contra los comunistas, desde la expropiación material de sus bienes y el despojo de los más elementales derechos civiles, hasta la deportación y el exterminio sistemático. Por eso hay en estos relatos   referencias históricas muy precisas a esta represión a cargo de  “milicias cristianas nacionalistas”. Quizá por estas referencias insoslayables, Los nombres del infierno aluden a las situaciones políticas y sociales ocasionadas por la dictadura militar: 1. El infierno como campo de concentración (“Hombro con hombro”); 2. El infierno familiar (“La vida será nube”); 3. El infierno como imposibilidad de amistad (“El hacha de dos lunas”); 4.El infierno como exilio (“El encuentro”). Primeramente haré un análisis de cada uno de estos cuentos y después intentaré contextualizarlos en el marco general de la obra narrativa de Prada.

1. El infierno como campo de concentración (“Hombro con hombro”)Este cuento está basado en un hecho real durante los primeros años de la dictadura. Hubo entonces un fuga de presos políticos de la isla de Coati que era  un verdadero campo de concentración. Aunque oficialmente los medios de comunicación no informaron de este acontecimiento, sin embargo la noticia trascendió como un acto heroico. El régimen militar  era ridiculizado en la medida en que no supo evitar la fuga de los prisioneros. Este cuento recrea en tono de comedia esta fuga que terminó en liberación (algo completamente inaudito en un contexto de permanente tragedia).El narrador es uno de los presos que relata cómo (con Rómulo y Mauro , militantes del Ejército de Liberación Nacional ELN) idearon y realizaron esa fuga usando como pretexto un partido de futbol entre presos y militares . Pero no es una simple descripción de los preparativos de la fuga, porque en la huida hay contratiempos y obstáculos imprevistos que no se reducen a lo físico, sino que incluyen rememoraciones, sueños y pesadillas recurrentes que funcionan como prolepsis (hechos del futuro que anuncian lo que sucede en el presente): “un emperador negro huye perseguido por el tam- tam enervante de los tambores, en una noche tenebrosa; atraviesa la maraña hiriente de la selva, al final…¿qué ocurría al final? Lo matan, por cierto: había caminado en círculos mientras sus pacientes perseguidores fundían la bala de plata que lo mataría”.  
El personaje compara esta situación con la huida junto  con sus compañeros que   caminan en círculos. Sólo al final del relato sabemos, por un giro inesperado, que, pese a encontrarse en una situación sin salida, el teniente que supuestamente íba a matarlo, lo salva. Es indispensable señalar el parecido de este cuento con la novela de Ricardo Piglia Plata quemada, igualmente basada en un hecho real. La novela describe la fuga de un grupo de revolucionarios de Buenos Aires a Montevideo. La diferencia únicamente reside  en que mientras los presos de la dictadura militar boliviana logran su liberación, los argentinos son brutalmente masacrados (razón por la que, según Piglia, esta novela sería más una tragedia).En el relato de Prada también podemos encontrar dos planos que corresponden a dos lógicas opuestas: la lógica del orden estatal y la lógica subversiva.  La principal estrategia narrativa  parece ser la comedia carnavalesca .  Hay aquí, ciertamente un cierto uso heterodoxo del género policial, incluso para caracterizar  la relación obra-lector. Renato Prada estaría de acuerdo con aquellos autores como Ricardo Piglia  que recurren al género policial para denunciar las injusticias y las corrupciones del sistema político. La crítica social desde la práctica literaria equivaldría a una “resistencia estética”. Aunque el concepto no es el más adecuado, sin embargo  dicha resistencia se refiere a la situación del escritor que no concuerda con la ideología  del orden social y aprovecha las contradicciones internas del sistema para destruirlo: no se puede elaborar otro discurso crítico sino utilizando los espacios y los géneros propios de la cultura de masas ( el género policial, el melodrama, etcétera).
2. El infierno familiar “(La vida será nube”) La narradora de este cuento es una niña vendedora de periódicos. Tiene una hermana (“la Costa”) que trabaja de sirvienta y que como toda sirvienta es explotada sexualmente por los burgueses. Además la niña tiene un hermanito (“Ratin”) y  un amigo, “Macoco”. La historia consiste en que la niña cuenta la historia de su barrio como el desalojo  de sus viviendas a raíz de una intervención militar. En este desalojo, la niña relata cómo, su amigo “el Macoco”, se enfrentó a los militares y su hermano fue desaparecido. “El Macoco” representa para la niña no sólo alguien que puede leer libros y entender la realidad, sino también alguien que defiende a los débiles y por tanto es capaz de resistir. Aquí hay un principio de melodrama que desemboca en otra crítica literaria del orden estatal.
No deja de ser formalmente  adecuado el modo en que Renato Prada construye esta narración de la niña: situándola en el presente recurre al pasado (analepsis): la niña visita con su madre al tío que está preso. En un descuido de la madre, el tío intenta violar a la niña. ¿cuál es el propósito de este cruce de tiempos? Lo que el relato parece expresar es el abuso de poder. Quizá por eso la historia que relata la niña es el encierro en un infierno familiar, la impotencia frente al abuso de los poderosos que  para conseguir sus fines no respetan los más elementos derechos humanos. De esta manera la resistencia representada por el Macoco (resistencia que a su vez es representada por la razón frente a la fuerza) es vencida, al mismo tiempo que la familia y el barrio pasan a ser objetos de la represión militar. Cabe subrayar el procedimiento  que utiliza Prada para diferenciar al personaje del narrador. Siguiendo los planteamientos  de G. Genette, se trata de construir dos  tipos de relato según la relación del personaje con el narrador: “Así pues distinguiremos aquí dos tipos de relato: uno de narrador ausente de la historia que cuenta (ejemplo Homero en La Ilíada, o Flaubert en La educación sentimental), otro de narrador presente como personaje en la historia que  cuenta (ejemplo Gil Blas.) Llamo al primer tipo, por razones evidentes, heterodiegético y al segundo homodiegético.”  
 En unos casos, la verdadera cuestión es la de si el narrador ha tenido o no ocasión de emplear la primera persona para designar a uno de sus personajes (como sucede en el cuento sobre la fuga de los presos del campo de concentración), en otros casos, como en éste (de la niña vendedora de periódicos), el autor está ausente de la historia que cuenta.   Es importante hacer este señalamiento porque, tal como parece, en cierta corriente de la narrativa boliviana, el  descuido del trabajo formal  sobre el papel del  narrador y de los personajes, ha llevado a una formulación literaria en términos puramente políticos, es decir, cuando el protagonista constituye un punto débil debido a que el móvil de los narradores no es tanto la creación artística sino la propaganda. Esto significa que dichos narradores más preocupados por el contenido no conciben primeramente a sus personajes y tejen alrededor de ellos una serie de circunstancias especiales, sino que se dedican a denunciar un mal y abogar por una causa (para finalmente  buscar personajes para comprobar su mensaje).   Evidentemente no es el caso de Renato Prada, que, en toda su obra literaria, se ha dedicado a un esmerado trabajo de la forma sin descuido del contenido. Por lo demás, como bien dice otro autor  (ya desencantado con los puristas del lenguaje): “En América Latina los temas siempre son: el hambre, la discriminación, la intolerancia, la represión, los modelos imposibles de crecimiento, los niños dejados a la buena del destino. Y una empecinada, central, ineludible  necesidad de esperanza. No hay demasiada necesidad de búsqueda de la palabra original como fundamento de purificación del lenguaje.”   Editor: Continuaremos con "los infiernos" que con acierto rescata Samuel Arriarán, quién empezó trabajando con nosotros en radio El Sol de Cochabamba, de efímera existencia. Samuel se develó como intelectual con vocación para las letras y realiza su tarea creativa en México especialmente, aunque en su familia hay más poetas, como Amanda Arriarán su hermana mayor de brillantes ejecuciones literarias)

viernes, 2 de septiembre de 2011

desde Madrid Pedro Shimose se suma al recordatorio de un personaje querido por el pueblo "cantinflas" personificado por Mario Moreno actor de 50 films que todavía se ven con placer y buen humor


Hace poco recordamos el centenario del nacimiento de Mario Moreno Reyes, más conocido como Cantinflas (Ciudad de México, 12/08/1911 – ídem, 20/04/1993). Actor bufo, mezcla de payaso circense, torero del género denominado ‘charlotada’, cantante y bailarín cómico, Cantinflas es el Chaplin latinoamericano. Nacido en el seno de una familia pobre y numerosa, encarnó al ‘pelado’ (persona insignificante, de bajo estrato social) con su indumentaria estrafalaria: un trapo negro al hombro (resto de un presunto chaleco) adherido a la camiseta de mangas largas, pantalón a la verija, lleno de parches y remiendos, sujeto con un cordel a modo de cinturón, zapatos viejos y un sombrerito a lo Robin Hood, sin pluma de faisán. Si Charlot era el genio del cine mudo en una sociedad industrializada en crisis, Cantinflas era el genio del cine sonoro en una sociedad en vías de desarrollo. La gracia de Chaplin era mímica; la de Cantinflas era verbal. Así fue cómo su nombre artístico enriqueció nuestro idioma al incorporar al Diccionario de la Real Academia tres sustantivos (cantinflas, cantinflada y cantinfleo), un verbo (cantinflear) y dos adjetivos (cantinflero y cantinflesco).
Según el escritor Carlos Monsiváis, su apodo nació bajo la carpa de un circo, cuando Mario Moreno hacía sus pinitos y empezaba a caracterizarse por su verborrea insustancial, disparatada, incongruente, absurda y llena de proverbios y lugares comunes inconexos. Cuenta Monsiváis que uno del público –mareado por tanto sinsentido– le gritó: “¡Cuánto inflas!” que, en buen romance, quiere decir ¡cómo mareas con tu palabrerío! ¡Cómo emborrachas con tu verborrea! (‘inflar’ es un mexicanismo que significa consumir tequila hasta emborracharse). De aquel “¡cuánto inflas! nació la palabra “cantinflas”. Además, España popularizó, en plena transición democrática, la expresión “la movida madrileña” para tipificar una corriente contracultural propia de la izquierda española de aquella época. Cantinflas la había acuñado en la película El señor fotógrafo (1958).
Sorprende que el Guillermo Cabrera Infante, que tanto sabía de cine y tanto se ocupó de la cultura popular, no hubiera estudiado el fenómeno Cantinflas. Ha tenido que ser otro cubano, el poeta y periodista Raúl Rivero, quien señalara que el trabajo de Cantinflas “no trascendió más porque sus monólogos y sus descargas eran intraducibles”, pero será recordado “en todos los países donde su nombre permanece asociado al ingenio, al talento y su capacidad para retratar con humor una realidad que, si no sigue igual que en la época en que vivió Moreno, ha empeorado”.
Además de imprimir las huellas de sus manos en el Paseo de la Fama, en Hollywood, dejar una herencia de $us 100 millones y los derechos de sus 47 películas por la que se están peleando su hijo único y su sobrino, Cantinflas nos legó unas películas admirables: Ahí está el detalle (1940), El siete machos (1950), ¡Arriba el telón! (1954), El extra (1962), Si yo fuera diputado (1951) y El analfabeto (1960). En estas últimas, Cantinflas habla de “las injusticias de la justicia” y nos recuerda que “la justicia tarda pero llega, aunque la pobre es ciega y no sabe por dónde anda” y que “la falta de ignorancia nos está perjudicando… y más cuando el Derecho anda chueco” en un país de “deslustrados”, en el cual “una bola de incultivados que hablan con faltas de ortografía” nos dicen que “en este mundo no hay equitación ni justicia porque la democracia quiere decir ‘demos’, como quien dice, y si damos ¿con qué nos quedamos?” Ahí está el detalle, manitos. // Madrid, 02/09/2011.

* Escritor