Vistas de página en total

viernes, 1 de abril de 2011

Shimose. "Pedrito" como siempre le llamábamos en Presencia escribe Mar para Bolivia. La bandera para los barcos es "negociada" por la NAVAL

Según el escritor Alfred Jarry, la ‘patafísica’ es la ciencia de las soluciones imaginarias. Ayer me visitó monsieur Faustroll, doctor en Patafísica. Llegó canturreando “yo quiero un mar, / un mar azul, / para Bolivia”, un vals compuesto por un chileno patafísico. Perplejo ante la ruptura del diálogo con Chile, me preguntó si el Estado Plurinacional apelará ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. “Van a tener que devolvernos el mar”, le respondí.
- ¿Qué pasa con ustedes, están locos?, dijo.
- Como todo el mundo, dije.
- Hace siete años, el cocalero Morales daba mueras a Chile. Luego, el presidente Evo se la pasó cortejando a la presidenta Michelle Bachelet, dijo.
- Se le mete, nomás, dije.
- Hace dos años envió un destacamento de ponchos rojos a desfilar por las calles de Santiago dando vivas a Chile. Y ahora el Gobierno vuelve a la política del carajazo con abuela incluida, dijo.
- A La Haya, como sea, dije, envuelto en la wiphala y masticando la hoja sagrada para que nadie ponga en tela de juicio mi patriotismo originario.
Entre mate y mate de coca, más sosegado, el Dr. Faustroll me informó de que un argentino llamado Alejandro Ferri le reveló un secreto en el cual se ve involucrado nuestro país. En 1904 se fraguó, en Buenos Aires, un Congreso Internacional que pretendía representar a todos los hombres de todas las naciones del mundo. Los autores de tan singular proyecto se reunían todos los sábados en una confitería porteña y allí hablaban con todo el mundo. “Un boliviano señaló que su patria carecía de todo acceso al mar y que esa lamentable carencia debería ser el tema de uno de los primeros debates”, pero la moción fue rechazada y archivada porque “el Congreso solo debatiría problemas de índole filosófica”. Así quedó establecido que la petición boliviana de una salida soberana al océano Pacífico era un problema que debía ser resuelto por la ciencia de las soluciones imaginarias, es decir, por la patafísica.
“Yo compartí mi secreto con Jorge Luis Borges y este escribió El Congreso, relato incluido en El libro de arena (1975)”, aclaró el Dr. Faustroll, haciendo gala de su erudición. Borges sostiene que el mentado Congreso no se reunió nunca, pero inspiró la creación de la Sociedad de las Naciones, primero, y de las Naciones Unidas, después. “Como ve –añadió el doctor Faustroll– la ONU tiene sólidos fundamentos patafísicos”.
Cambiando de tema, el Dr. Faustroll me contó que el dictador Banzer casi muere de infarto al enterarse de que una flota mercante de 135 buques navegaba por los siete mares con bandera de un país sin mar… y sin su autorización. Así se explica que el barco boliviano Katrine Krog haya fondeado, hace cuatro meses, en aguas del Estrecho de Gibraltar. Al ser abandonado en Ceuta, el armador noruego declaró que el buque sería remolcado hasta Bolivia. “Pura patafísica”, dijo el Dr. Faustroll. Y añadió: “Dígame, ¿el barco llegó a Bolivia?”. Como no lo sé, espero que los diplomáticos doctorados en patafísica me aclaren este intríngulis, mientras la OTAN bombardea Libia.
El Dr. Faustroll se pregunta, ¿qué pasaría si nuestra flota de guerra plurinacional parte en defensa del coronel Gadafi? // Madrid, 01/04/2011.
* Escritor (Nota de Solo Poemas. los barcos con bandera boliviana suelen llegar hasta el astillero de Gotemburgo por reparaciones. Alguna vez hemos preguntando a los trabajadores del mismo quienes son los dueños y la respuesta "piratas de Holanda, de Dinamarca, de Rusia y de países árabes", de modo que Pedro tiene razón. El nombre del autor de "Yo quiero un mar azul..." fue otro Pedro. Telmo que vivió muchos años en Bolivia. Lo presenté en Radio Pio XII. Le gustaba tanto el alcohol que se bebió del frasco que usaba yo para mi afeite a falta de otro mejor)