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miércoles, 16 de diciembre de 2015

El Deber pone en primera plana la tarea literaria de tres mujeres escritoras que se destacan fuera de Bolivia.se trata de Magela Caudoin, Giovanna Rivero Liliana Colanzi quienes en Colombia, México y España recibieron sendos premios literarios. nos honran a todos por su esfuerzo creativo.

La literatura boliviana vive horas de júbilo. Sus premios internacionales han alegrado el corazón de millones de bolivianos. Lo que no pudieron hacer el fútbol ni la política, tres escritoras lo hicieron con premios internacionales que nos llenaron el corazón de orgullo y esperanza. La periodista Magela Baudoin rompió todas las expectativas con el Premio Hispanoamericano de Cuento Gabriel García Márquez por La composición de la sal, una maravillosa obra que relata historias de gente que vive situaciones tremendamente humanas. 

Semanas antes, Giovanna Rivero y Liliana Colanzi también tocaron el cielo con las manos tras el reconocimiento internacional de sus trabajos. La primera ganó en España el premio Cosecha Ñ por su relato Albúmina y la segunda obtuvo el premio Aura Estrada en México, por sus trabajos literarios. Baudoin, Rivero y Colanzi forman parte de este prometedor boom de la literatura boliviana que ya habían iniciado con maestría las letras de Edmundo Paz Soldán, Maximiliano Barrientos, Gabriel Chávez Casazola, Rodrigo Hasbún, Paola Senseve, Róger Otero y Edson Hurtado, entre otros.

Durante la recepción del premio otorgado por la fundación del premio nobel colombiano, Baudoin remarcó la urgente necesidad de poner en marcha una política de Estado a favor de la literatura boliviana, tal como lo hacen los principales países de América Latina que tienen importantes escritores entre sus filas. Hoy nuestros escritores son verdaderos quijotes que luchan contra molinos de viento. Por la falta de recursos, por la falta de lectura de los bolivianos y, sobre todo, porque nuestra sociedad no valora suficientemente a los intelectuales como aquellas personas que nos muestran mundos nuevos, sendas para ser más humanos y oasis para saciar nuestra sed por lo bello y lo eximio. Gran parte de sus obras ven la luz con enormes esfuerzos personales que son respaldadas por las pocas editoriales que sobreviven en nuestro medio. No solo los políticos tienen cuentas pendientes con los cronistas de nuestro tiempo. Las diversas instituciones, los medios de comunicación y la escuela tienen que abrir más sus espacios para escuchar aquellos relatos que nos muestran las múltiples facetas de la vida de nosotros los bolivianos.

Felicidades a Baudoin, a Rivero y a Colanzi. Que sus logros actúen como faros para que las próximas generaciones se animen a imaginar y soñar con la palabra escrita en su acción amorosa con los lectores y ciudadanos del mundo