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viernes, 4 de mayo de 2012

Pedro Shimose con un texto sabroso como siempre nos habla hoy de "desnudeces y pelotudeces" florido lenguaje imperdible

El ser humano cubrió su desnudez con pieles o con cortezas vegetales para defenderse del frío y atenuar el efecto nocivo de las radiaciones solares. Tal el origen del traje. Los bosquimanos de los trópicos iban calatos. Ir desnudos formaba parte de su naturaleza consustancializada con el mito del Edén. La religión convirtió el desnudo en algo sagrado, manifestación trascendente de la gracia divina y del vigor físico. En los Juegos Olímpicos de la Grecia antigua, los atletas competían desnudos. Entre los sirios, Astarté simbolizó la belleza femenina; Afrodita, entre los griegos, y Venus, entre los romanos. Los griegos imaginaron a la diosa Afrodita saliendo desnuda del mar. Algo parecido le ocurrió a Botticelli al pintar El nacimiento de Venus y al poeta Vinicius de Moraes al ver, en pleno ‘chaqui’ (resaca), una ‘garota’ emergiendo del mar en la playa de Ipanema, al amanecer.
Una de las esculturas más hermosas de la Grecia antigua es la Afrodita de Cnido, obra de Praxíteles (siglo I a.C.). Es sabido que una cortesana llamada Friné, amante del escultor, sirvió de modelo para tan excelsa obra. Las autoridades griegas la acusaron de impiedad, pues no podía permitirse que el cuerpo de una hetaira (así llamaban los griegos a las prostitutas) representara el cuerpo de una diosa. Friné fue llevada a juicio y un discípulo de Platón, llamado Hipérides, se encargó de defenderla. El tribunal permanecía impávido ante los argumentos del filósofo. Dando por perdida la causa, el defensor hizo que Friné se desnudara ante los jueces que, al ver la belleza de la imputada, la absolvieron. 
A partir del Renacimiento y la Ilustración, el desnudo femenino adquiere otra categoría estética y moral. Desaparecido el sentido sacro de la belleza humana, el siglo XX convierte la desnudez en moda, ideología, negocio y arma política de protesta social. Cunden los campos nudistas y se propaga el desnudo en el cine, el teatro, el cómic, la publicidad, las revistas, la televisión, las redes sociales, el videoclip, el estriptís y el espectáculo musical. Hasta las cantantes de ópera hacen gorgoritos en pelota picada. 
Hoy, las muchachas salen a la calle en plan Lady Godiva, a protestar en cueros por lo que sea. Hace años, por ejemplo, una mujer se empelotó a la entrada del Ayuntamiento de Madrid, cansada de solicitar por las buenas un documento que las autoridades le negaban. Fue inútil. Se había equivocado de oficina. 
Otro caso. En las últimas elecciones presidenciales de la Federación Rusa, mil jóvenes moscovitas se desnudaron y se dejaron tocar los senos por aquellos electores que prometían votar a Putin. Las agencias de prensa publicaron que 7.000 rusos rechazaron la oferta, pero hubo un ‘avivato’ que se dio el lote toqueteando las tetas de mil afroditas putinescas. 
Hoy, las afroditas ‘indignadas’ van desnudas en bicicleta, pedaleando al son de ritmos discotequeros, mientras Apolos en bolas desafían al orden establecido irrumpiendo en canchas de fútbol al grito de: “¡Por mis pelotas!”. Hasta las damas católicas recuerdan que, hace ocho siglos, San Francisco salió en taparrabos por las calles de Asís en señal de protesta contra su obispo. Así estamos, desmadrados y en pleno despelote. // Madrid, 04/05/2012.