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jueves, 7 de noviembre de 2013

Gastón Cornejo nos refiere su sorpresa y su alegría de reencontrar un viejo y querido libro en el stand de Los Amigos del Libro, del malogrado escritor, político, poeta y médico Alberto Guzmán López, libro que daba por perdido. se deleita Gastón y nos hace compartir de semejante hallazgo. Felicidades en verdad!

ALBERTO GUZMÁN LÓPEZ.

En la visita inicial a la Feria del Libro, en los elegantes y cómodos ambientes del Hotel Cochabamba, tuve un importante hallazgo mientras esperaba la presentación literaria de la entrañable escritora Gaby Vallejo Canedo.

En el Stand de Los Amigos del Libro apareció ante mis ojos el libro tan preciado de antaño: “PAQARIJTANPU RUNA SIMIPI” (Posada del amanecer en la lengua del hombre) del médico, escritor, político y excelso poeta Alberto Guzmán López.

Dedicado a mi persona antes de morir, mostré su bello contenido poético a otro poeta chileno en Santiago. Le encantó pues también él cultivaba temas originarios mapuche-araucanos. No hubo tiempo de fotocopiar el texto y en un rapto de generosidad y comunión afectiva se lo entregué exigiéndome pedir al autor o a su esposa, la Dra. Rina Tapia, otro ser maravilloso en el exilio, la renovación de su regalo. Más tarde, en Bogotá, él muerto y ella no disponía de un solo ejemplar. Quedé frustrado para siempre. Ahora vuelvo a atesorar el libro y a un precio de regalo.

Incentivado por los importantes trabajos del eminente arqueólogo Dick Edgar Ibarra Grasso, el amigo “Tomate” como lo apodamos cordialmente gracias a su facies rubicunda, compuso poemas profundos al estilo de Neruda en Machu Picchu.   

En su prólogo, Ibarra Grasso afirma que Alberto “realizó un poemario donde recorre los tiempos y los espacios que en el continente americano marcaron los antepasados indígenas. Toma la palabra  de quienes fueron los creadores de numerosas culturas y que durante milenios  transcurrieron  “sin pausa y sin prisa, como la estrella” al decir de otros poetas  que glosaron la sabia de la vida, de los soles y de las sombras

En su materia poética Alberto canta hermosos versos relatando cronológicamente la historia, la cultura Viscachani del Paleolítico, el Tihuanacu, el reino Colla, los Incas y otras culturas subsidiarias de la Prehistoria americana y boliviana.

Ahí, aparece en esquema y verso, el importante tesoro de Oro hallado en la Coronilla en 1917 calificado como el mejor tesoro precolombino encontrado, el mismo que constaba de 1700 gramos de metal precioso pertenecientes al final de la cultura de los Túmulos. Hallazgo que luego partió a La Paz donde quizá, quizá, este guardado ad integrum en el Museo del Oro de esa ciudad. Cochabamba carece de museos de alta jerarquía, excepción del museo arqueológico universitario, el de Alcidez D´Orbigny y el de Historia de la Medicina, sitios culturales que no tienen mayor apoyo efectivo municipal así como sucede con los Archivos históricos y las bibliotecas.
Una muestra del trabajo aludido de Alberto: “Perviven en el vientre/del altiplano andino/los úteros terrestres de esta historia;/las piedras con la edad que está perdida/aún gritan sus delirios por la vida/con voz aymara enloquecida y sola”

Alberto Guzmán y Rina Tapia, médicos selectos, luego de ser aprendidos y torturados en prisión por los esbirros de la derecha Banzerista del Plan Cóndor, fueron exiliados de la Patria con el ropaje corporal fracturado y ofendido. Él terminó en Colombia y ella sigue trabajando medicina con los pobres, pinta, canta, también hace poemas y enseña el idioma quechua en el Senado del país que acogió sus penas: la gran Colombia de Simón Bolívar que acogió sus penas.  

Bendita remembranza que llega al corazón, Alberto y Rina.


Gastón Cornejo Bascopé
Noviembre 2013.