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sábado, 3 de agosto de 2013




Homero Carvalho Oliva


Poesía ante la Incertidumbre. Exquisito texto que trata de Eduardo Mitre y Gabriel Chávez Casazola en su Antología de Nuevos Poetas Españoles.


Recuerdo que, hace algunos años, el poeta Eduardo Mitre fue incluido en una antología publicada en España. En La Paz, un suplemento cultural se dio a la tarea de polemizar sobre el tema y muchos poetas se sintieron agraviados porque no eran ellos o Jaime Sáenz los incluidos; una tontera porque siempre deberíamos alegrarnos cuando uno de nosotros es tomado en cuenta junto a otros poetas del mundo.

Por eso mismo me alegré cuando me enteré de que el poeta Gabriel Chávez Casazola fue incluido en el libro Poesía ante la incertidumbre, Antología de nuevos poetas en español, y me pidió que escribiera algunas palabras para la contratapa del libro. De-safío que acepté gustoso aun sabiendo, por experiencia, que no es fácil escribir este tipo de textos, porque se trata de resumir en pocas palabras una propuesta antológica. En fin, acepté, porque soy un irresponsable.

La selección de Poesía ante la incertidumbre es una exégesis intensa del significado humanista que, los autores incluidos, consagran al sustantivo incertidumbre, que cobra vigencia en sus versos convirtiéndolos en conmovedores poemas. Es posible que después de la lectura de algunos de estos poemas creamos que hemos naufragado entrando al tercer milenio, sin embargo los poetas nos anuncian que aún nos quedan los restos de la nave para reconstruirla y seguir nuestro camino.

Es cierto que los autores rondan los 40 años, pero todos ellos muestran una gran madurez tanto poética como personal, constituyéndose en herederos de los grandes poetas de Iberoamérica. Y es importante, para nuestro país, que entre los seleccionados para esta edición se encuentre Gabriel; esta inclusión nos reconforta y nos homenajea.

Esta antología es de lectura imprescindible para conocer y comprender la poesía que se está escribiendo en español. Los poemas de este libro y, por supuesto, sus autores, ratificaron mi premisa de que si bien la filosofía nos ayuda a realizar las preguntas precisas y correctas, la poesía nos ayuda a responderlas o por lo menos a resolverlas, aunque las palabras sean como un soplo efímero, como el aliento sagrado de los chamanes de nuestro territorio amazónico invocando a los dueños de la selva, del aire y del agua para alejar a los malos espíritus. Malos espíritus que nunca se van del todo y siempre vuelven y por eso los humanos, en un descuido de Dios y del diablo, consagramos el espíritu de la palabra para crear la poesía, poesía nuestra, necesaria como la primera palabra que escuchamos al despertar para sentirnos vivos