Mi profesor de Historia, don Adolfo Rodríguez Castedo, decía que los políticos bolivianos eran “individuos de moral acomodaticia” en un país donde todo está en venta, como en la Expoferia. Hay que admitir que, en estos años, las costumbres de las 36 naciones imaginarias (incluidas las del Tipnis, por supuesto) han cambiado para seguir igual. Vivimos en un país seguro, pero con miedo, donde la justicia –tuerta, coja y sorda– se mueve lenta, en silla de ruedas. Somos un país serio, aunque algo loquito; sin pobres, pero con mendigos; sin corruptos, pero con la moral en baja forma. Somos, sobre todo, una democracia con el hambre atrasada en la que, en plena campaña electoral, los candidatos de “moral acomodaticia” se acuestan con la oposición y por la mañana se despiertan en la cama del Movimiento Al Socialismo.
** A menudo, la reina de las amazonas de Mujeres Creando tensa el arco y lanza dardos envenenados. El otro día criticó la letra del Himno Nacional, pues hay versos del poeta José Ignacio de Sanjinés que, por lo visto, hieren la sensibilidad de esta Pentesilea boliviana, como aquellos que dicen: Esta tierra inocente y hermosa / que ha debido a Bolívar su nombre, / es la patria feliz donde el hombre / goza el bien de la dicha y la paz. La aguerrida amazona sostiene que este himno no es suyo, sino de los machotes, porque, según el himno, el Estado plurinacional “es la patria feliz donde el hombre”… puede denigrar, humillar, patear, sopapear, violar y hasta matar a las mujeres, consideradas seres inferiores que no gozan “el bien de la dicha y la paz”.
** En Santa Cruz, el que se queja es porque quiere. ¿De qué protesta, por ejemplo, don Marcelo Rivero Mercado? “Bajo el cielo más puro de América”, el tránsito funciona de maravilla y no hay atascos; los choferes no te pitan ni te gritan, ni te carajean, ni te contaminan con humo de gasolina y diésel; y “la ciudad que enamora” luce sus paredes impolutas y sus aceras libres de vendedores ambulantes y puestos de comida con efluvios de fritangas y meados, ¿de qué se queja este caballero?
Otro periodista, don Carlos Federico Valverde, se queja de puro gusto. Si da gloria ver las calles de Santa Cruz de la Sierra, sin bolsas de basura, papeles tirados por el suelo o restos de comida; y los grandes canales, sin palos, latas, bolsas de plástico y cartones. Y si usted puede caminar por la ciudad sin temor a ser raptada y violada o pateado, puñeteado, atracado y zurcido a balazos, díganme, ¿de qué se queja este hombre? // Madrid, 12.09.2014.
la poesía es una bella expresión de la literatura. los versos poseén la magia de trasmitir pensamientos, sensaciones, emociones diversas, son fáciles de aprender y el lenguaje del espíritu cultivado
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viernes, 12 de septiembre de 2014
martes, 2 de septiembre de 2014
uno más. los premios para Gonzalo aumentan en número y categoría. su pluma de escritor se eleva a nivel continental, su talento incansable entre un título tras otro.
El escritor cochabambino obtuvo el galardón con la novela Siempre fuimos familia. El Grupo Editorial Kipus fue el organizador de este concurso
ADHEMAR MANJÓN - amanjon@eldeber.com.bo
Una historia de familia, de encuentros y desencuentros fue la ganadora de la primera versión del Premio Internacional de Novela Kipus; el autor fue el cochabambino Gonzalo Lema, que de esta manera, con su obra Siempre fuimos familia, obtuvo $us 20.000, monto estipulado desde que fue lanzada la convocatoria, en septiembre del año pasado, y que convirtió a este concurso, organizado por el Grupo Editorial Kipus, en el mejor pagado de Bolivia.
El jurado, conformado por el periodista paceño Rubén Vargas Portugal, el ensayista y escritor cochabambino Luis Huáscar ‘Cachín’ Antezana y el escritor español Miguel Sánchez Ortiz, escogió de manera unánime la novela de Lema, que se presentó bajo el seudónimo de Perro Amarillo.
Origen de la novela
Lema, en contacto telefónico desde Cochabamba, dijo estar feliz con la obtención del premio, ya que es una recompensa al enorme trabajo que significa escribir una novela, la cual contiene retazos de su vida.
Siempre fuimos familia surgió en 1986, a partir de entonces el autor fue escribiendo y nutriéndose de diferentes temas para desarrollarla. “Tengo historias dentro de la novela que me han tomado más de 10 años. Por ejemplo, el capítulo de la visita de la mamá debe tener como siete años”, explicó Lema, que ya había ganado en 1999 el Premio Nacional Alfaguara de Novela, con La vida me duele sin vos.
Lema indicó que los pasajes en su libro iban cambiando cada vez que había reuniones familiares y tenía charlas con algunos parientes, por lo que le sería difícil para él precisar el tiempo que le tomó completarla. Aunque una vez tenía claro los temas tardó un año y medio en escribirla.
La familia como apoyo
Siempre fuimos familia, en palabras de Lema, atiende las historias personales de los cinco miembros de una parentela, que se caracterizan por sus excentricidades, por su acomodo en la vida. “Yo atiendo cada una de estas vidas de manera cruzada, las entrelazo”, señaló Lema.
La novela, a pesar de ser muy extensa, tiene una trama que se desarrolla en solo dos semanas y, si bien se contextualiza en Cochabamba, sus protagonistas tienen contacto con el principado de Mónaco, donde se vinculan con el matrimonio de la princesa Carolina; asimismo, aborda la dura época del narcotráfico boliviano en la época de los 80. “Cuento las historias personales de gente bastante infeliz y desdichada,y que -sin embargo- encuentran que la familia, al final de todas las batallas, es el aliciente, el soporte para vivir esas vidas”, concluyó Lema.
La entrega del premio y la publicación de Siempre fuimos familia se realizará la primera semana de noviembre, en el marco de la feria del libro de Cochabamba.
A la competición internacional se presentaron 41 novelas, provenientes de 14 países de Sudamérica
miércoles, 20 de agosto de 2014
el fragmento que muestro, es el último párrafo de una hermosa crónica, humana, conmovedora que escribe Alfonso Gumucio hijo, en homenaje a su padre constructor de la nacionalidad, gran colaborador de VPE, merituado técnico de la Revolución Nacional. el texto completo en www.bitacoramemoriosa.com
Durante el acto mi padre nos miraba a todos desde una fotografía que le tomó Julia Vargas en el Chapare, donde aparece con una barba patriarcal. A Carlos le llamó la atención que yo hubiera escogido esa foto hasta que le expliqué que en los últimos años de su vida mi padre, que había diseñado la estrategia de integración desde el Estado a través de las carreteras 1 y 4, acabó trabajando como contratista de alcantarillas en la empresa Bartos que fue la encargada de construir de la carretera hasta su inauguración en 1972. No sé si esa sola foto lo contiene, pero en todo caso expresa una etapa de su vida y lo hace de manera amable, más allá de todo lo que había sufrido pocos años antes: exilio, represión y prisión.
_____________________________
En la gigantesca tarea que llevaste a cabo,
pusiste no solo pasión sino todo lo más noble
que puede tener un hombre.
—Víctor Paz Estenssoro
jueves, 7 de agosto de 2014
blande Gastón Cornejo, argumentos incontrastables en defensa del film originalmente de Mauricio d'Avis "Los Olvidados" y enfrenta a críticos que olvidan aspectos vitales del film sobre el terrífico Plan Cóndor, una de cientos de víctimas, resultó siendo el editor según está relatado en el libro "Gotemburgo Destino Final"
LOS
OLVIDADOS Y UNA CRÍTICA COCHABAMBINA
A comienzos del
año 2007, leí el trabajo original de Mauricio d´Avis sobre su texto-guión que
él denominó “Los Olvidados”. Me impactó vivamente que un joven profesional que
no vivió los duros tramos históricos del Plan Cóndor, escribiera magníficamente
y relatara en forma tan patética los incidentes de vejámenes a las víctimas de
la izquierda política. Nefasto plan internacional urdido para liquidar
socialistas, cualquiera fuese su condición humana y credo religioso, en nuestros
países del continente americano.
El Guión para un
futuro film fue concebido por él en Los Ángeles, EEUU, el año 2003 donde
concluía su formación profesional de cineasta luego de esforzada labor de
investigación, recopilación de
datos, información testimonial, lectura de libros, artículos, reportajes,
documentos que le permitieron pergeñar un proyecto fílmico de gran valor artístico e
importancia histórica, de expresar en arte audiovisual un tema candente que
concordaba con el movimiento ideológico político en que estábamos inmersos.
Inmediatamente
lo recomendé a la autoridad correspondiente en el Ministerio de Cultura. El
Jefe de Arte cinematográfico leyó el Guión, escuchó de labios del autor los
objetivos a privilegiar en el mensaje de la futura película: respetar a los
derechos humanos y a la dignidad de persona, rescatar del olvido a los seres
dañados por las tiranías y, castigar la historia real y oscura del Plan Cóndor
originado en La Escuela de las Américas de Panamá, donde se entrenaron los
militares asesinos.
La autoridad cultural,
ignara en todo, no entendió el objetivo propuesto por Mauricio; desahució el
proyecto-guión de largometraje por considerarlo muy costoso. Mauricio d´Avis
Loayza salió frustrado de ese intento de cooperación y patrocinio.
Han pasado 11
años desde la concepción original del autor Mauricio d´Avis; y hoy, luego de 10
versiones correctivas de mejoramiento, nuevos datos, notas y sufrimientos
personales, plasmada en “una gran
película de calidad y un largometraje de
primer nivel para todo el mundo”, como él autor la califica con elevada experiencia. Manifiesta, con
afirmaciones de trascendencia ética, que es muy loable el esfuerzo y la
colaboración conjunta entre todos los talentos que lograron realizar la
película: “desde los prolegómenos, la producción
y actualmente la post-producción, nacionales e internacionales, de todos quienes
llevaron adelante su propio proyecto cultural”
El éxito del
film boliviano producido por Karla Ortiz está asegurado en todos los aspectos, dirección,
sonido, imagen, actuación, impecables; responden a la concepción original y son
meritorios. Así mismo, el mérito de Mauricio d´Avis, también es inobjetable. Un
futuro de realizaciones profesionales en el campo de la cinematografía depara a
ambos creadores. La productora reconoció reiteradamente la concepción original
de d´Avis en la presentación efectuada en la H. Alcaldía Municipal de
Cochabamba. Lástima que en la Premier no se invitó al autor del Guión de Cine, quizá por un descuido lamentable que presumo
fue involuntario.
He leído,
disgustado, tres artículos de reprobación de la película Los Olvidados en
“Ramona” el 3 del presente mes. Destilan maldad crítica que el suscrito cuestiona
porque banalizan todo un esfuerzo colectivo profesional que más bien, debe
apoyarse, por tratarse de una gran iniciativa boliviana que devela sin temor la
sórdida historia criminal.
No acepto el
maniqueísmo en general, dado que no existe el bien y el mal absolutos, ni en la
conducta ni en el intelecto humano, pero en cuanto a principios éticos de
trasunto moral, la doctrina es taxativa. Privilegiar la vida y la dignidad de
persona.
Otros principios
bioéticos de la comunicación a considerar son: la beneficencia, la justicia y
la no maleficencia; ésta último está ausente en los artículos de la Ramona.
La tortura y el
genocidio son delitos de lesa humanidad. En Bolivia, existe antecedentes desde
el nacimiento patrio: La Recoleta, Las matanzas de Yañez, Melgarejo, Coati, el
Control Político, San Juan, Tolata, Terebinto, Curahuara, campos de
concentración; tiempos del MNR, regímenes militares de Bánzer, Natush, García
Meza, Arze, y los civiles acompañantes; con artistas de la tortura que ameritan
varios films: Ariñez, Menacho, Gayan, Pepla, Bloomfiel, San Román, Altman;
expertos en aceite de camión, picanas, siglas del partido en la piel, tímpanos
perforados, violaciones, todo inadmisible y en trance de olvido.
La película boliviana “Los
Olvidados” tiene el mérito de incitar a comentar, reflexionar, aprender y rescatar terribles
historias para rectificar y educar el alma de las generaciones a venir y jamás
aceptar el terrorismo de Estado, los atentados a la democracia, a los DDHH, la
posibilidad de tortura organizada desde las esferas ejecutivas, sea el gobierno
militar o civil, cualquiera fuese su ideología imperante.
Comencemos
recordando la verdadera significación y el patetismo del evento genocida del
Plan Cóndor y sus consecuencias en los países donde fue aplicado. Fue el acuerdo
criminal más infame que jamás existiera en la historia americana, por supuesto
dirigido desde el Imperio y sus agentes, como asegura el film. Planificado y
ejecutado por militares y civiles, sicarios nacionales y extranjeros, asesinos.
El resultado fue desastroso, lo dice uno de los críticos: 30 mil desaparecidos,
50 mil asesinados, miles de torturados, expatriados. Las víctimas del norte
chileno asesinadas por Sergio Arellano Stark y Eugenio Rivera, en La Caravana
de la Muerte. En Santiago asesinaron a dos condiscípulos: Iván Insunza,
idealista del comunismo y benefactor de las villas miseria fusilado en el
estadio, y Gabriel Castillo, psiquiatra soñador de bellezas, muerto en la
puerta de la Iglesia de San Francisco en la Alameda.
El Gral
Contreras, se dinamitó a un médico en Tocopilla, se encontraron sus manos al
fondo de una mina; Salvador Allende, asesinado con misiles de altura en el
Palacio de Toesca según asegura mi profesor Girón que le atendió hasta la
muerte. A Martín Almada, paraguayo, le mataron la esposa, a él torturaron en
prisión pero logró rescatar los documentos que incriminan a los autores de todos
los países involucrados. Al Prefecto Alberto
Guzmán y a su esposa Rina Tapia, cochabambinos, los tomaron presos, torturaron,
golpes con fracturas costales, fusilamiento teatralizado, exilio definitivo. En
la prisión de Viacha, la médica atendió el parto de una prisionera violada, la
recién nacida fue llamada:“Bolivia Libertad”, vive en La Paz. Los asesinatos de
Letelier, J. J Torrez. Todos estos testimonios no pueden quedar en el olvido y deben
ser crudamente expuestos, relatados, filmados, aunque den asco a los jóvenes críticos
que no tuvieron la vivencia de esa ignominiosa realidad genocida.
El film “Los
Olvidados” pudo haber sido aún más cruel para lograr el objetivo propuesto,
pero mantiene un nivel bajo de violencia confrontada con la realidad, la
gravedad del terrorismo de Estado, la delincuencia
política y la bajeza humana. Apenas unas picanas en los pabellones auriculares,
cuando en realidad fueron polos eléctricos introducidos en el intestino
terminal y en los genitales o en el cráneo para generar convulsiones epilépticas.
Algunas inmersiones en turril de agua limpia, cuando la verdad fue diferente: los
cuerpos de las víctimas envueltos en alambre de púa, inmersos en turril de
deposiciones hasta la asfixia. Puntapiés, golpes de puño e insultos groseros;
cuando más bien, se ejecutaron amputaciones de manos (Víctor Jara), fracturas y
contusión de vísceras, explosión de cuerpos con dinamita, torturas inquisitoriales
ejecutadas por torturadores acompañados de médicos que controlaban los signos
vitales para detener o reiniciar torturas que no lleguen al paro cardíaco.
Luego, enviarlos en aeronaves para dejarlos caer vivos al mar, a los volcanes,
a los ríos. Violaciones multiplicadas hasta el embarazo, para robarles el
recién nacido e inscribirlos como suyos, activos delincuentes de la identidad
personal. Todo esto, no está revelado en la película por delicadeza ética protegiendo
la salud mental de los observadores.
El film tiene nobleza
en el propósito, también en la reproducción de la verdad histórica, aunque un
tanto restrictivo por todo lo expuesto. Los críticos creen que el objetivo del film fue distraer, están
equivocados, se persigue recordar, jamás olvidar a los olvidados, y sancionar esa
gesta de criminalidad que avergüenza la historia americana. Reitero, el film
fue respetuoso de la sensibilidad afectiva; quizá prolongado el tiempo de
exposición, pero tensamente informativo y patéticamente real tal como
sucedieron los hechos; cruel como la imaginó Mauricio d´Avis, verídica como la gestó
la inteligente productora y protagonista Karla Ortiz. La artista logró
humanizarla con sus reflexiones correctas, los parlamentos y los debates
cargados de sentimiento al interior del sufrimiento humano. Es una película
para seres de mentalidad y reflexión maduras. En cuanto a las críticas anotadas,
son puntos de vista que no comparto en absoluto. En la extensa página central
del periódico se registra apenas una decena de pensamientos positivos; en
cambio, se cuentan casi 40 mandobles de comentario destructivo. Quisiera
transcribirlos, más prefiero guardarlos en el olvido.
Afirmo que en el
film Los Olvidados, ninguna escena fue imaginada sin veracidad, descuidando los
testimonios. Todo el contenido merece consideración, con sentido constructivo,
por supuesto. Existieron los ambientes de tortura, iluminados, y montados para
la tortura, no se inventaron. Los regueros de sangre, las aniquilaciones
sumarias, los cuerpos heridos, las cacerías, existieron. El enamoramiento
dentro de la tragedia humana ocurrió porque esa es la condición humana. Los “tortolitos”
es una expresión peyorativa. Espectacularizar las torturas no es suficiente
ante las evidencias relatadas. Villa Grimaldi fuera de Santiago, Centro Barros
Borgoño tras el Mapocho, donde inicié mi estudio de medicina, existió, casi me
torturan por tomar fotografías de evocación; y el propio Estadio que hoy lleva
el nombre de Salvador Allende.
La calificación:
“Broma de mal gusto que Lucia se despache
una lamentable reprimenda contra los militantes torturados a los que trata de
delincuentes, asesinos, que han escogido el camino de la política, víctimas de
los gorilas represores, sugiere una mirada tolerante y hasta justificadora de
los torturadores y sus acciones, olvido travestido de perdón hacia sus verdugos”,
es una opinión fuera de contexto que tergiversa la intención humanista de la
mujer gestante. “Cinta que Banzer y sus
acólitos estaban esperando”, creo que es un despropósito, pues los
responsables deben estar de viaje, atemorizados ante la evocación terrorífica de
su conciencia. La crítica: “Película apta
para parte de ¡éste país! acostumbrado a olvidar a sus caídos y redimir
a sus torturadores verdugos y dictadores”. Justamente es todo lo contrario,
con ella se logrará rescatar el recuerdo para toda la América mellada por el
Plan Cóndor, sancionar el delito, prevenir otro Plan siniestro que podría
repetirse en cualquier momento y con cualquier gobierno.
Finalmente, expreso
todo mi homenaje al esfuerzo profesional y artístico de todos los creadores del
hermoso film “Los Olvidados”, película testimonial que debe ser vista por todos
los bolivianos, chilenos, argentinos, uruguayos, paraguayos y brasileros, por
todo el mundo civilizado. Merecido fue el encendido aplauso tributado al
término del film en la Premier. Toda crítica debe ser tomada en cuenta, la
postura reaccionaria es previsible dado el grave contenido del tema expuesto; en cualquier tendencia existen dogmáticos que
pueden repetir la hazaña criminal, y, que enarbolan la bandera de la violencia.
Yo aplaudo de píe al autor del Guión: Mauricio d´Avis, y a la actriz productora
Karla Ortiz, consagrados ambos en la película boliviana “LOS OLVIDADOS”.
Gastón
Cornejo Bascopé
Cochabamba,
Domingo 3 de agosto 2014.
BIBLIOGRAFÍA.
1.
Loayza
Belktrán Fernando. Campos de Concentración en Bolivia. Editorial “E. Murillo”
La Paz. 1966.
2.
Varios
Autores. EL QUIJOTE Y LOS PERROS Antología del Poder Político. Editorial
Imprenta Universitaria Cochabamba 20
VIII 1979
3.
Guzmán
López Alberto. “Memoria Popular Sobre las Torturas del Septenio Negro de
Banzer” BOLIVIA LIBERTAD” . Editorial TIWANAKU. La Paz. VI 1993.
4.
Vargas
Lloza Mario. La Fiesta del Chivo.
5.
Verdugo
Patricio. “Los Zarpazos del Puma”. La Caravana de la Muerte.
sábado, 5 de julio de 2014
saber qué ocurre en el octavo encuentro de Escritores Iberoamericanos, ha estado en nuestra mente hasta que Ramón Rocha, llega puntual con una crónica de la segunda noche. desde Portales contiene su relato pelos y señales y la loable noticia de ser el Banco Central coauspiciador del evento, lo que es un excelente respaldo al mundo creativo y romántico de los literatos.
La segunda noche del 8º Encuentro Iberoamericano de Escritores fue de lujo, pero con los ecos de la noche anterior, porque los disertantes no dejaron de referirse a Claudia Peña y Jorge Benavides, la primera ministra del gabinete de Evo Morales y el segundo, escritor peruano cuya tesis sobre los escritores-mapa y los escritores-brújula fue muy citada. Esta vez moderó Alba Balderrama con semblanzas muy inteligentes de los expositores: Juan Pablo Piñeiro y Mario Bullatín. La primera noche fue moderador Xavier Jordán y lo hizo con su buen humor y desparpajo característicos.
Juan Pablo (Cuando Sara Chura despierte e Illimani Púrpura) estudió Letras en la UMSA, ha jurado escribir sólo sobre La Paz pero su tercera novela tiene un título pandino, porque descendió del altiplano y se fue a escribir a la selva, donde transcurre el relato. Sus consejos “bellacos” para escritores jóvenes fueron desopilantes, iconoclastas, atrevidos, en especial al reconocer que en Bolivia no se lee ni lo que editas y quizá por eso lo mejor que puede hacer un escritor es buscar amigos que les dé flojera leer las vainas que el escritor escribe.
Mario Bullatín leyó una explicación de su novela Salón de Belleza escrita 20 años después. Leyó en su celular un texto irresistible por la magnitud de su atracción a los lectores, un texto que, tras 20 años, tiene a todos los protagonistas muertos: el filósofo travesti, la famosa escritora, los peces de colores y otros elementos que 20 años antes parecían imprescindibles.
Fue una sesión plena de buen humor porque los dos expositores, que son conocidos novelistas, no teorizaron sobre el arte de escribir, sino abundaron más bien en sus experiencias de escritura como un ejercicio de soledad que hace de los escritores unos seres intolerables e intolerantes, encerrados en sí mismos y por lo general desprovistos de glamour.
Piñeiro dijo que la clasificación de Benavides en escritores-mapa y escritores-brújula era quizá incompleta porque él, como Urzagasti, era un escritor-antena, un hombre del oficio desprovisto de mapas o brújulas que vive atento a los fantasmas, demonios o palabras que logra captar y lo habitan.
Alba Balderrama estuvo muy acertada en el retrato de los dos expositores y en su cuestionario que hizo famoso James Lipton, el entrevistador de Actor’s Studio. Cuando le preguntó a Mario Bellatín qué palabra le gustaba más, sin dudar contestó: Alba y cuál le gustaba menos, Crepúsculo.
Si de pronto desapareciera el Palacio de Portales y el Centro Pedagógico y Cultural que alberga, la cultura en Cochabamba tendría un agujero negro imposible de llenar. Por primera vez este año el encuentro que nació hace 16 años tiene la colaboración y parte del financiamiento de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia, una institución que administra los principales repositorios del país –el Museo Nacional de Arte, el Museo de Etnografía y Folklore, en La Paz; la Casa de la Libertad y el Archivo y Biblioteca Nacionales, en Sucre; y la Casa de Moneda, en Potosí–, y también el Centro de la Cultura Plurinacional radicado en un hermoso edificio en Santa Cruz. Ésta sería la primera vez que la Fundación amplía sus servicios a Cochabamba, donde está buscando un inmueble propicio para crear un Centro de Artes Escénicas.
Al inicio, el Dr. Gonzalo Ávila, Presidente de la Fundación Simón I. Patiño entregó una edición de Cuando Sara Chura despierte, de Juan Pablo Piñeiro, en francés, editado por la Fundación en Ginebra, y anunció que ejemplares de dicha novela circularán en las principales Ferias del Libro y países como Francia, Suiza, Bélgica, Líbano y otros. Fue un anuncio importante que sirvió también para mostrar la cantidad de actividades que cumple la Fundación en el país no sólo en educación y cultura sino también en agricultura, genética, salud y otros campos.
La última noche estará a cargo de dos expositores: Homero Carvalho, boliviano, y José Ovejero, español. Estaremos puntuales y atentos.
El autor es cronista de la ciudad.
martes, 1 de julio de 2014
el relato de haber encontrado García Márquez "las armonías precisas" retornó de medio camino hacia unas vacaciones en que pensaba usar el primer dinero, más o menos global que había recibido por sus "derechos de autor". lo pensó mejor "toma. hazte cargo del gasto, y que alcance para yo producir un libro serio, profundo, único". el editor MA lo tiene descrito en extenso texto publicado por El Instituto del Inmigrante de Suecia" y otros medios"Variaciones sobre Cien Años de Soledad" (verlo en Google) lo que sigue es de Ramón Rocha Monroy
El realismo mágico tiene una anécdota clave en la vida de Gabriel García Márquez. Su novela Cien años de soledad, fundadora del género, tenía cuartillas borroneadas sin orden ni concierto porque el escritor no hallaba las armonías precisas, los acordes para interpretar su canción, y entonces decidió tomar unas vacaciones junto a su familia; pero a medio camino dio con la clave y las vacaciones se terminaron, porque la familia entera retornó y el escritor se encerró a redactar, ahora sí, la gesta que lo llevó al final al Premio Nobel. Como para confirmar que lo último que uno debe desearle a una hija es que se case con un escritor, esos seres tan aburridos que son capaces de suspender una vacación y encerrarse en su escritorio tan sólo por haber descubierto una clave de su narrativa.
La clave consistía en algo sencillo: en Macondo, los hechos más ordinarios en el mundo moderno eran sobrenaturales, mientras los hechos sobrenaturales eran los más comunes. Así el coronel Aureliano Buendía, frente al pelotón de fusilamiento, había de recordar la tarde en que su padre lo llevó a conocer el hielo. ¡El hielo! ¡Agua dura en el calor de Aracataca, o de Macondo! En cambio, era perfectamente natural que Remedios la Bella ascendiera a los cielos sábanas y todo, mientras las colgaba en los alambres.
Esos territorios desdeñados por la razón occidental, pero próximos a otras fuentes de la percepción como la observación directa, la intuición, el tinkazo, el lenguaje de los sueños, eran afines a la alquimia. Quizás por eso el propio coronel Buendía buscaba la piedra filosofal, cómo convertir cualquier metal en oro, y al final de su experiencia, cuando le preguntaron qué parecía ese cuerpo oblongo y ominoso que secaba en la sartén dijo una sola palabra: Mierda. No era oro, era puchi o parecía serlo.
Pues bien, en una lectura reciente de La formación del espíritu científico, de Bachelard, el creador del concepto de obstáculo epistemológico, hay una afirmación que no sé si leyó García Márquez, pero si no lo hizo, debió hacerlo. Dice Bachelard que la observación directa es amiga de las generalizaciones abusivas, propias de pajpacos y merolicos, y es un obstáculo epistemológico para el desarrollo del pensamiento científico, que no se apoya en la observación directa sino en el análisis matemático. Aún más: la ciencia superada por la razón, es decir, la ciencia antigua, de los inicios del uso de la razón a la explosión del siglo XVIII, parece hoy un capítulo del humorismo o de la literatura del absurdo. Basta leer las notas de Hipócrates, de Tales, Anaximandro y Anaxímenes, como también del propio Diderot, redactor de la Enciclopedia, para reírse de sus apreciaciones aparentemente científicas y sus generalizaciones arbitrarias, sin fundamento, tales como algunas expresiones de la medicina natural, que postulan la maca, la coca, la stevia y otras hierbas como remedios universales.
Basta la intervención de la razón para poner las cosas en su sitio, acotar las investigaciones, dar más relevancia a las excepciones que a las generalizaciones abusivas y actuar, perdonen la expresión, como aguafiestas, porque eso hace un científico cuando se topa con un neófito: neutralizar sus ilusiones y reducirlas al mínimo.
Un literato usa la razón sólo para componer su narración, pero no el argumento. Ahí está la clave. Lo que sirve de la ciencia ya superada por la razón es puramente literario. Un personaje literario que cree en los cuatro elementos (y no en los centenares que descubrió Mendeleiev) o en los milagros de Santa Rita, en el bestiario alimentado por tantas mentalidades célebres o en las explicaciones sobrenaturales de fenómenos terrestres, es un personaje exitoso. En cambio, no lo es, porque no tiene ninguna gracia, un científico, un aguafiestas, un frecuentador de la razón occidental.
De eso parece estar teñido el realismo mágico. En fin, es una hipótesis.
El autor es cronista de la ciudad
lunes, 26 de mayo de 2014
"escucha hermano la Canción de la Alegría..." primera frase del Himno a la Alegríaque todos hemos aprendido a cantar, en la Iglesia, en las ceremonias cívicas, y hasta en mítines internacionales...de esta melodía, su interpretación por la Filarmónica de Cochabamba, nos habla Gastón Cornejo con esa exquisita sensibilidad que exhibe todos los lunes en OPINION.
La Orquesta Filarmónica y sobre todo la Capella de Cochabamba estuvieron magníficos interpretando la IX Sinfonía de Beethoven bajo la selecta dirección de Augusto Guzmán en el Portal, fue el mejor homenaje a los 190 años de su creación.
Romain Rolland relató así sublime grandeza: “La alegría desciende del cielo envuelta en una calma sobrenatural. Con su hálito leve acaricia los sufrimientos, y la primera impresión que causa es tan tierna, cuando se desliza en el corazón que sufre. El tema de la alegría va aparecer por primera vez, la orquesta se detiene bruscamente, hay un silencio repentino que da lugar al canto ofreciendo un carácter misterioso y divino. Cuando en seguida el tema pasa a las voces, en las más bajas aparece primero con un carácter serio y un poco opresivo; pero poco a poco la alegría se apodera del ser. Es una conquista, una guerra contra el dolor. Y he aquí los ritmos de marcha, los ejércitos en movimiento, el canto ardiente y anhelante del tenor; todas estas páginas estremecedoras en las cuales se cree percibir el aliento mismo de Beethoven, el ritmo de su respiración y de sus clamores inspirados cuando recorría los campos componiendo su obra, transportado por un furor demoníaco como un viejo rey Lear en medio de la tempestad. A la alegría guerrera sucede el éxtasis religioso, luego una orgia sagrada, un delirio de amor. Toda la humanidad palpitante que tiende los brazos al cielo, levanta clamores poderosos, hacia la alegría y la escucha sobre su corazón”. Esta hermosa novena sinfonía fue preparándose desde 1817 y seis años después, un 7 de mayo de 1824 tuvo lugar la primera audición en Viena. Describe la realización de la utopía de la sociedad humana al final de los tiempos, la del humanismo profundo en su epílogo grandioso: La Nación Humana Universal.
¿Y qué poesía musicalizó el Dios de la música? ¿De quién? El Himno a la Alegría fue escrito por un médico poeta. Una Oda del Dr. Federico Schiller (1759-1805) escrita en 1785. Nacido en Marbach Alemania, de la escuela romántica. Tuvo de padre a un barbero cirujano, de madre a una dama de grandes cualidades intelectuales que dirigió su destino literario. Influido por Plutarco, Goethe, Shakespeare, Rousseau, estudió Teología que luego abandona por Derecho; finalmente, Medicina. Goethe apoyó su nombramiento como profesor en la cátedra de Historia en la universidad de de Jena. El Duque Carlos Augusto le otorgó título de nobleza y pensión asegurando su porvenir y sus grandes creaciones literarias.
Al Dr. Friedrich Schiller le fascinaron las fronteras entre la Medicina y la Filosofía, entre lo somático y lo espiritual. Su tesis tituló “Filosofía de la Fisiología”. Su contacto con la medicina fue relevante pues su naturaleza inclinada a la abstracción y a la reflexión, le permitió reconocer el valor del pensamiento objetivo. Fue médico militar del Regimiento de los Granaderos en Stuttgart. Durante las visitas acostumbraba a declamar en voz alta sentado al borde de la cama en lugar de observar y examinar a los enfermos. Su vocación le había mostrado el camino a emprender y fue el más eminente poeta dramático de la lengua alemana.
En su poema expuso un mensaje sublime que, con la música nacida del alma de Beethoven, adquirió extrema grandeza: “Adonde alcance tu suave ala, allí se pose la suave ala, todos los hombres se hermanen" ¡Abrazaos multitudes en un beso universal! ¡Hermanos! ¡Tras el inmenso espacio debe estar un Padre amado! ¡Morar debe sobre astros! ¡Alegría! ¡Alegría!
Romain Rolland relató así sublime grandeza: “La alegría desciende del cielo envuelta en una calma sobrenatural. Con su hálito leve acaricia los sufrimientos, y la primera impresión que causa es tan tierna, cuando se desliza en el corazón que sufre. El tema de la alegría va aparecer por primera vez, la orquesta se detiene bruscamente, hay un silencio repentino que da lugar al canto ofreciendo un carácter misterioso y divino. Cuando en seguida el tema pasa a las voces, en las más bajas aparece primero con un carácter serio y un poco opresivo; pero poco a poco la alegría se apodera del ser. Es una conquista, una guerra contra el dolor. Y he aquí los ritmos de marcha, los ejércitos en movimiento, el canto ardiente y anhelante del tenor; todas estas páginas estremecedoras en las cuales se cree percibir el aliento mismo de Beethoven, el ritmo de su respiración y de sus clamores inspirados cuando recorría los campos componiendo su obra, transportado por un furor demoníaco como un viejo rey Lear en medio de la tempestad. A la alegría guerrera sucede el éxtasis religioso, luego una orgia sagrada, un delirio de amor. Toda la humanidad palpitante que tiende los brazos al cielo, levanta clamores poderosos, hacia la alegría y la escucha sobre su corazón”. Esta hermosa novena sinfonía fue preparándose desde 1817 y seis años después, un 7 de mayo de 1824 tuvo lugar la primera audición en Viena. Describe la realización de la utopía de la sociedad humana al final de los tiempos, la del humanismo profundo en su epílogo grandioso: La Nación Humana Universal.
¿Y qué poesía musicalizó el Dios de la música? ¿De quién? El Himno a la Alegría fue escrito por un médico poeta. Una Oda del Dr. Federico Schiller (1759-1805) escrita en 1785. Nacido en Marbach Alemania, de la escuela romántica. Tuvo de padre a un barbero cirujano, de madre a una dama de grandes cualidades intelectuales que dirigió su destino literario. Influido por Plutarco, Goethe, Shakespeare, Rousseau, estudió Teología que luego abandona por Derecho; finalmente, Medicina. Goethe apoyó su nombramiento como profesor en la cátedra de Historia en la universidad de de Jena. El Duque Carlos Augusto le otorgó título de nobleza y pensión asegurando su porvenir y sus grandes creaciones literarias.
Al Dr. Friedrich Schiller le fascinaron las fronteras entre la Medicina y la Filosofía, entre lo somático y lo espiritual. Su tesis tituló “Filosofía de la Fisiología”. Su contacto con la medicina fue relevante pues su naturaleza inclinada a la abstracción y a la reflexión, le permitió reconocer el valor del pensamiento objetivo. Fue médico militar del Regimiento de los Granaderos en Stuttgart. Durante las visitas acostumbraba a declamar en voz alta sentado al borde de la cama en lugar de observar y examinar a los enfermos. Su vocación le había mostrado el camino a emprender y fue el más eminente poeta dramático de la lengua alemana.
En su poema expuso un mensaje sublime que, con la música nacida del alma de Beethoven, adquirió extrema grandeza: “Adonde alcance tu suave ala, allí se pose la suave ala, todos los hombres se hermanen" ¡Abrazaos multitudes en un beso universal! ¡Hermanos! ¡Tras el inmenso espacio debe estar un Padre amado! ¡Morar debe sobre astros! ¡Alegría! ¡Alegría!
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