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domingo, 12 de enero de 2014

Cayo Salinas con afilada pluma se refiere a la próxima visita de Vargas Llosa de quién se felicita haber estudiado y vivido en Cochabamba. por lo demás los disparates lanzados contra el escritor por el Gobierno del MAS demuestran falta de madurez en aceptar la visita que para otros pueblos es motivo de orgullo

Es indiscutible el acierto político del Gobierno en términos de rentabilidad en el ejercicio del poder, lo que se traduce en una fuente próspera de pegas para sus adeptos. Partido político sin capacidad de ejercer poder, sea nacional, regional o local, tiende a desaparecer por efecto de un natural desgaste que termina por restarle simpatizantes e inscriptos. Una premisa tan básica como aquella nos lleva a la conclusión que para mantenerse en el poder hay que tener una muy buena dosis de capacidad de gestión, de estructura y cohesión partidaria, liderazgo del caudillo de turno, acceso a sumas dinerarias que se espera lógicamente no provengan de las arcas públicas y una suerte de bendición suprema que haga que los astros –si cree en ellos–, los dioses –si cree en alguno– o por último la divina providencia, hayan intervenido a su turno  para que las cosas salgan bien. Cuando ese escenario es el que se presenta, en más de una oportunidad el poder termina por enceguecer y obnubilar a más de uno, al punto que como acontece con el Gobierno del MAS, de tanto en cuanto disparan una suerte de disparates que el sentido común se resiste a admitir.

Ejemplos hay variados. La pregunta es si esos disparates surgen como la mayoría de los disparates que aparecen en el cotidiano vivir, léase por verborrea mal canalizada, por estados de ánimo a los que nos encanta bautizarlos como “estrés” o por el contrario, responden a una lógica que mira más allá de lo que nosotros podemos hacerlo en buena fe y sin el propósito de desear siquiera encarcelar a oponentes  políticos porque piensan diferente.
Lo cierto es que todo este universo de disquisiciones se me vino a la mente a tiempo de confrontar posturas a raíz de la próxima visita de Mario Vargas Llosa.  Parto por dejar en claro que dicha visita me parece altamente auspiciosa no sólo porque se trata de un escritor de talla indiscutible y de un orador por la defensa del Estado de Derecho y la República, principios de los cuales he sido siempre un militante adscrito,  sino porque se trata de una persona que vivió y estudió en Cochabamba.  Lo que me parece fuera de todo contexto es que el Gobierno –disparate de por medio– haya polemizado la llegada del escritor peruano al punto de colocar este asunto en primera plana adjetivando sin medida no sólo su figura en términos personales, ¡sino sus ideas! La confrontación de éstas en un plano de seriedad, requiere de un conjunto de componentes que parten de una premisa básica: hay que tener madurez tanto para exponer un punto de vista cuanto para respetar cualquier otro y sin necesidad de insultar ni rebajarse al límite de la insolencia o grosería.
Si en su momento y a criterio del Gobierno Mario Vargas Llosa se refirió de éste y Evo en términos poco amistosos, no existe motivo para generar una polémica por ese hecho, donde lo central que son ideas y respeto por éstas, es lo último que se toma en cuenta.
Personalmente comparto con muchas de sus expresiones, no con otras y a veces incluso tampoco lo hago con cierto tono con la que alguna de ellas las hace públicas. Con lo que no puedo estar de acuerdo es con la forma como el Gobierno ha asimilado su arribo y como alguno de sus portavoces, locuaces sin medida, han hecho que esa visita adquiera ribetes más políticos que culturales.
Termino aquí: pienso que el único beneficiado con toda esta reyerta mediática ha sido, sin lugar a dudas, Vargas Llosa, a quien deseo una estancia cuando menos placentera.  

El autor es abogado

viernes, 3 de enero de 2014

Pedro Shimose elegancia con sorna, se refiere al "llunkerío" término intraducible del quéchua que podría ser "chupamedias o lameculos", en más "incondicionales, apegados al palo" cuando se refiere a los circundantes de Evo que le llenan de vanos elogios

Un senador masista comparó a Evo Morales con Charles de Gaulle (¿?) // (EL DÍA, 24.02.13). Veamos: De Gaulle era francés, militar, católico, estadista, gran orador, republicano nada plurinacional en un país donde hay más quesos que ‘naciones originarias’. Además, De Gaulle nunca dijo que gobernaría su país por toda la vida.
“Tenemos un líder de aquellos que nacen cada 100 años (¡!), uno nacido en nido de cóndores (¿?), no un ‘chapi líder’” (Álvaro García Linera en el VII Congreso Departamental del MAS en Cochabamba, Los Tiempos, 27. 02.13). ¡Caramba! ¿”Un líder de aquellos que nacen cada 100 años”? ¿Nacido en nido de cóndores? Si el Jefazo llega a creérselo, está perdido. “Evo es como Cristo resucitado” (¿?) (Álvaro García Linera en la Asamblea de la Cidob). ¿Alguien cree que los indígenas cambas son estúpidos? La ofensa a los cristianos es una blasfemia gratuita. ¿Qué pensarán las iglesias cristianas-protestantes europeas que, en forma de ONG, siguen apoyando al ‘Cristo resucitado’? “Este líder también se ha convertido en un estadista (¿?), en el conductor moral (¿?) y político de un proceso fuerte, histórico y además ganador, económicamente hablando” (¿?) (Wálter Chávez, masista peruano, nacionalizado plurinacional. Evo Morales, Santa Cruz y la revolución, artículo publicado en su página web, en la red Erbol). Como mis lectores no son idiotas, paso de largo sin abrir el pico.
En plena campaña electoral, el coro masista ya ha ensayado su repertorio de aleluyas, panegíricos y ditirambos al ‘jefazo’ convertido en estadista y conductor moral de 36 naciones inexistentes. Recordemos que en 1956, durante el XX Congreso del Partido Comunista de la extinta URSS, Nikita Kruschev denunció los crímenes de Stalin y acusó al tirano de haber promovido y alentado el ‘culto de la personalidad’. Claro es que el Estado Plurinacional no es la URSS, ni el MAS es el PCUS, ni Evo Morales es Stalin, pero el culto de la personalidad ha resurgido en nuestro país por obra y gracia del ‘llunquerío’ (adulación) masista. Mientras esto ocurre, conviene recordar que un dramaturgo alemán sigue diciéndonos: “Pobre del país que necesita héroes”. (Bertolt Brecht, Vida de Galileo, cuadro 13). ¡Feliz Año Electoral! // Madrid, 03.01.2014.
El Deber – Santa Cruz

viernes, 13 de diciembre de 2013

en contadas líneas Shimose pronuncia su "Requiem para Nelson Mandela" que renunció a la reelección para dar paso a la alternativa. Evo intentó ver a Mandela que no lo recibió. porqué? pregunta el poeta. no lo sabremos, pero lo imaginamos

Cafre es una palabra cargada de prejuicios colonialistas. La usamos para calificar a un ser bárbaro, cruel, zafio y rústico. Y también para vilipendiar a alguien cuando decimos: “Fulano es un cafre”. Ocurre que la palabra ‘cafre’ contiene una doble injuria: la del colonialismo árabe-musulmán y la del británico/holandés-protestante. Cafres son los negros amaxhosas de la actual Sudáfrica, conquistados y esclavizados inicialmente por los mercaderes árabes, inventores de la abominable trata de esclavos. Los árabes los llamaron ‘kâfir’ (impuro, infiel, que no cree en Alá y Mahoma, su profeta). 

En oposición, existe la palabra ‘zâfir’ (puro, pureza), raíz etimológica de la voz ‘zafiro’. Siglos después, británicos, holandeses y alemanes los sojuzgaron y siguieron llamándoles ‘cafres’, porque no creían en Cristo y en la Biblia. Es decir, seguían siendo “infieles y salvajes”. Uno de esos vilipendiados ‘cafres’ acaba de morir. 

Se llamaba Nelson Mandela (Qunu, cerca de Umtata, Transkei/Sudáfrica, 18.07.1918–Pretoria, 05.12.2013). Político de formación cristiana (solo el cristianismo admite la redención por el perdón), compañero de viaje de los comunistas, miembro arrepentido de un grupo terrorista “contra las cosas, no contra las personas”, ha muerto arrastrando dolencias adquiridas en 26 años de duro cautiverio en el presidio de Robben Island. 

Su nombre en lengua xhosa es Rolihlahla, que significa “incitador, pensador” (Madiba era su nombre de combate en la lucha clandestina contra el apartheid).

Descendiente de reyes esclavizados, en su juventud fue boxeador, futbolista, mujeriego y fiestero, admirador de Pelé, se licenció en Literatura y llegó a ser procurador en leyes. Notable orador y escritor, publicó El difícil camino hacia la libertad (1965). Protegió los idiomas ‘afrikaner’ (holandés criollo) e inglés como idiomas oficiales de Sudáfrica y jamás se le ocurrió imponer el idioma xhosa, el suyo, a todos los sudafricanos. Su talla de estadista y su grandeza moral le fueron reconocidas al otorgársele el Premio Príncipe de Asturias 1992 y el Nobel de la Paz 1993. 

A la ceremonia de su investidura, en 1994, asistieron 48 jefes de Estado y otros tantos representantes de las principales organizaciones que rigen la política mundial. Al final de su único mandato (1994-1999), renunció a la relección y se retiró de la vida pública para dar paso a la alternancia en el poder. En 2010, el presidente Evo Morales viajó con su comitiva a Sudáfrica a presenciar el Mundial (¿cuánto costó aquel viaje?). De paso, intentó saludar a Mandela, pero este no lo recibió. ¿Por qué? Nunca lo sabremos, pero nos lo imaginamos

martes, 3 de diciembre de 2013

Maggy Talavera le prologó su libro, junto a Mariano Baptista y lo leyó de un tirón, 300 páginas para recordar lo que Winston Estremadoiro escribió a lo largo de varios años en su columnas (Lamentos del bar) o Barlamentos con Saetas para Evo Morales Ayma

Eso de que los bolivianos nos quejamos sin dolor tiene mucho de cierto. No porque no haya motivos para estar adoloridos hoy como ayer, sino más bien porque poco o nada hacemos para curar los males que nos aquejan. Fue lo que me dije después de leer el libro que Winston Estremadoiro me compartió antes de que saliera de imprenta, para que tuviera el privilegio de prologarlo, tarea compartida con Mariano Baptista.
“Barlamentos: Saetas a Evo Morales” titula el libro de Estremadoiro que, en poco más de trescientas páginas, compila solo un tercio de los artículos de opinión que el autor ha escrito desde 2001 a la fecha. Suficientes para recorrer de nuevo y en menos de un día los hechos que más han marcado nuestra historia reciente. Suficientes también para darnos cuenta cómo es frágil nuestra memoria, cuán a menudo repetimos errores y de qué madera estamos hechos en esta Bolivia que cambia solo de traje.
Es cierto también que a los humanos en general, y particularmente a los bolivianos, no nos agrada darnos cuenta que nos equivocamos y menos aun reconocer que somos los principales responsables de los males que nos atormentan. Tal vez esta sea una de las razones por las que varias personas trataron de desanimar a Estramadoiro en su afán de refrescarnos la memoria, recordando lo escrito en algunos de sus Barlamentos. Más aun en tiempos pre electorales, en los que la memoria de los votantes suele ser el “enemigo” a vencer por quienes aspiran a ganar sus votos.
Que lo diga Estremadoiro, visto como enemigo por quienes ya quisieran no solo el fin de la historia, sino de la memoria colectiva y de las libertades de pensamiento y de expresión, y que han dado muestras de estar dispuestos a todo para acallar voces que se gritan a viva voz o que se traducen en letras impresas que se multiplican como panes y peces. Vetado en algunos espacios, Winston no ha dado retro ni para tomar impulso, como lo demuestra esta vez con sus Barlamentos hechos libro.
Por suerte Estremadoiro es necio, digo yo recordando “El necio” de Silvio Rodríguez, y decidió nomás seguir “soñando travesuras” y, además, publicarlas. Un gesto valiente que nos permitirá avanzar en el rescate de nuestra memoria, valores y el coraje que tanto necesitamos en Bolivia para encontrar remedio a los males que nos aquejan, y así tener más motivos para celebrar en bares, que razones para alimentar lamentos.

jueves, 7 de noviembre de 2013

Gastón Cornejo nos refiere su sorpresa y su alegría de reencontrar un viejo y querido libro en el stand de Los Amigos del Libro, del malogrado escritor, político, poeta y médico Alberto Guzmán López, libro que daba por perdido. se deleita Gastón y nos hace compartir de semejante hallazgo. Felicidades en verdad!

ALBERTO GUZMÁN LÓPEZ.

En la visita inicial a la Feria del Libro, en los elegantes y cómodos ambientes del Hotel Cochabamba, tuve un importante hallazgo mientras esperaba la presentación literaria de la entrañable escritora Gaby Vallejo Canedo.

En el Stand de Los Amigos del Libro apareció ante mis ojos el libro tan preciado de antaño: “PAQARIJTANPU RUNA SIMIPI” (Posada del amanecer en la lengua del hombre) del médico, escritor, político y excelso poeta Alberto Guzmán López.

Dedicado a mi persona antes de morir, mostré su bello contenido poético a otro poeta chileno en Santiago. Le encantó pues también él cultivaba temas originarios mapuche-araucanos. No hubo tiempo de fotocopiar el texto y en un rapto de generosidad y comunión afectiva se lo entregué exigiéndome pedir al autor o a su esposa, la Dra. Rina Tapia, otro ser maravilloso en el exilio, la renovación de su regalo. Más tarde, en Bogotá, él muerto y ella no disponía de un solo ejemplar. Quedé frustrado para siempre. Ahora vuelvo a atesorar el libro y a un precio de regalo.

Incentivado por los importantes trabajos del eminente arqueólogo Dick Edgar Ibarra Grasso, el amigo “Tomate” como lo apodamos cordialmente gracias a su facies rubicunda, compuso poemas profundos al estilo de Neruda en Machu Picchu.   

En su prólogo, Ibarra Grasso afirma que Alberto “realizó un poemario donde recorre los tiempos y los espacios que en el continente americano marcaron los antepasados indígenas. Toma la palabra  de quienes fueron los creadores de numerosas culturas y que durante milenios  transcurrieron  “sin pausa y sin prisa, como la estrella” al decir de otros poetas  que glosaron la sabia de la vida, de los soles y de las sombras

En su materia poética Alberto canta hermosos versos relatando cronológicamente la historia, la cultura Viscachani del Paleolítico, el Tihuanacu, el reino Colla, los Incas y otras culturas subsidiarias de la Prehistoria americana y boliviana.

Ahí, aparece en esquema y verso, el importante tesoro de Oro hallado en la Coronilla en 1917 calificado como el mejor tesoro precolombino encontrado, el mismo que constaba de 1700 gramos de metal precioso pertenecientes al final de la cultura de los Túmulos. Hallazgo que luego partió a La Paz donde quizá, quizá, este guardado ad integrum en el Museo del Oro de esa ciudad. Cochabamba carece de museos de alta jerarquía, excepción del museo arqueológico universitario, el de Alcidez D´Orbigny y el de Historia de la Medicina, sitios culturales que no tienen mayor apoyo efectivo municipal así como sucede con los Archivos históricos y las bibliotecas.
Una muestra del trabajo aludido de Alberto: “Perviven en el vientre/del altiplano andino/los úteros terrestres de esta historia;/las piedras con la edad que está perdida/aún gritan sus delirios por la vida/con voz aymara enloquecida y sola”

Alberto Guzmán y Rina Tapia, médicos selectos, luego de ser aprendidos y torturados en prisión por los esbirros de la derecha Banzerista del Plan Cóndor, fueron exiliados de la Patria con el ropaje corporal fracturado y ofendido. Él terminó en Colombia y ella sigue trabajando medicina con los pobres, pinta, canta, también hace poemas y enseña el idioma quechua en el Senado del país que acogió sus penas: la gran Colombia de Simón Bolívar que acogió sus penas.  

Bendita remembranza que llega al corazón, Alberto y Rina.


Gastón Cornejo Bascopé
Noviembre 2013.




viernes, 25 de octubre de 2013

es literatura o linguística, es politica, es historia y es especialmente ilustración. Gracias Pedro Shimose

En el artículo Demora de milenios [EL DEBER, 07.10.13], Humberto Vacaflor –amigo y colega desde los tiempos del diario católico Presencia – habla de ‘sicofantes’. Según él, estos han crecido como mamuris y picapicas en los jardines del paraíso plurimasista. Humberto nos introduce en los antecedentes históricos de estos soplones y calumniadores profesionales, y nos transporta a la Grecia antigua para hablarnos de los ‘sicofantes’, delatores “encargados de cuidar los intereses del Estado y de la sociedad”, convertidos en extorsionadores, “una de las plagas de la vida pública ateniense”. Vacaflor se apoya en el filólogo polaco Tadeusz Zielinski (1859-1944), autor de una Historia de la civilización antigua, para decirnos que la etimología de la palabra ‘sicofante’ se perdió.

Pero no se perdió. Cierto es que en el Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico (1983), del etimologista Joan Corominas, no viene la palabra ‘sicofante’, pero en el Diccionario de uso del español, de la lexicógrafa española María Moliner, aparece la palabra ‘sicofante / sicofanta’, del griego ‘sykophantes’ y esta, de las voces ‘sykon’= higo y ‘phaino’= descubrir. Según Moliner, ‘sicofante’ es el “denunciador de los exportadores de higos”. Confieso que Borges hizo que me interesara por esta rara palabra. Al arremeter contra la lenidad de la Real Academia Española, Borges se negaba a escribir ‘sicología’, sin la letra ‘p’ inicial. Decía que una cosa era ‘Psicología’, el estudio del alma o psique, y otra muy distinta ‘Sicología’, el estudio de los higos. ¿Qué tienen que ver los higos con las almas?


Así llegué a la palabra ‘sicofante’, pues los alimentos más preciados de la cocina mediterránea eran –en la antigüedad– la sal, el vino, el aceite de oliva, el trigo y los higos. Gracias al próspero comercio de higos nacieron los ‘sicofantes’, funcionarios cuya misión era denunciar el contrabando de higos. Con el tiempo y sin control alguno se corrompieron, convirtiéndose en insaciables y feroces extorsionadores, soplones y calumniadores. Hoy pululan, según Humberto, los sicofantes plurinacionales que han llegado a Bolivia con “demora de milenios”. (A la misma conclusión llegó el oscarizado embajador plurinacional Sean Penn cuando, hace nueve meses, denunció a los sicofantes del Caso Ostreicher). A propósito, muerto Bakovic, ¿dónde está Ostreicher? / Madrid, 25.10.13

martes, 10 de septiembre de 2013

Ramón Rocha acertado cuando describe Cochabamba apelando a distintos autores de tiempos diferentes. su clima. su paisaje. su campiña y su producción. Bien hecho !ojo de vidrio!

Uno ama su paisaje por inhóspito que sea, pero los cochabambinos sentimos un bienestar muy particular desde chicos, tan sólo por haber nacido en este valle tibio, rodeado de una cadena montañosa que nos cobija, donde nos criaron al aire libre, siempre dispuestos al esfuerzo físico del paseo en bicicleta, del trote o, mejor aún, de los deportes de competencia. Desde la laguna Alalay o en el tramo de la Ciclovía que bordea el cerro de San Pedro, o en las alturas del Cristo de la Concordia, cómo de majestuoso se ve el paisaje. Hay un punto de mira en el puente Cobija que me encanta por la vista de la cordillera. Esos cerros inmensos parecen patas de león o de esfinge. Cuando el sol se entra, vuelven la mirada al ocaso como si presentaran armas. Es un espectáculo inolvidable.
Siempre me ha gustado imaginar qué sentirían los primeros viajeros que llegaron a este valle cuando terminaron de atravesar un paso en la cordillera y de pronto se abrió a sus pies el valle cochabambino. El primer viajero ilustre que llegó a Cochabamba fue el inca Huayna Kapac, poco antes del año del descubrimiento. Dicen que en aquel tiempo era más importante Pocona, porque estaba ubicada en uno de los confines del imperio y era centro de acopio de la hoja de coca y puesto militar contra las invasiones de los pueblos del trópico que seguramente ascendían a asolar el imperio por Montepunco, puerta del monte. A Huayna Kapac le encantó este valle y se reservó para su augusto reposo lo que hoy es Queru Queru. Dicen que le pareció muy despoblado y le explicaron que era porque los pueblos originarios habían sido trasladados a Quito como mitmaes. Sus descendientes tienen oficina y representación en el Parlamento. Son el pueblo de los salasacas y guardan la memoria de haber nacido acá, en Cochabamba.
Cochabamba era un valle inmenso y lleno de ojos de agua y arroyos, cortado por el actual río Rocha que regaba bosques, alfalfares y sementeras. ¿Qué sentirían los primeros españoles al contemplar por primera vez este cuenco de vida que los incas llamaron Khochapampa? No es difícil imaginarlo, porque hay testimonios de numerosos viajeros que llegaron en los siglos XVIII y XIX, con la ventaja de que eran viajeros científicos, estudiosos de la geología, la flora, la fauna y cuantas maravillas brindan la naturaleza y el hombre.
Cómo de riesgoso habrá sido viajar en esos tiempos. Hay múltiples crónicas de viajeros de Europa que hacen dramáticas descripciones de parajes por los cuales viajamos hoy sin problemas, en carros de lujo y sobre una faja asfáltica que desciende suavemente al trópico. Hablo de Colomi, Corani, y la entrada al Chapare, que en los primeros años de la República sólo tenían senderos abiertos por los viajeros indígenas.
Aún así se aventuraban cada vez más lejos, pero todos coinciden en su admiración por las riquezas de nuestro valle. Monseñor Francisco Pierini, quien había sido exprefecto de las Misiones de Guarayos y Chimoré dio una conferencia en 1909 que fue registrada en El Heraldo y El Ferrocarril en la cual no disimula su entusiasmo por el valle de Cochabamba.
“Su afamado valle, las pendientes de sus cerros y sus colinas son de una fertilidad incomparable en granos, legumbres, frutas y productos de toda clase, gozando de un clima templado, admirablemente benigno; sus viñas nacientes dan vinos iguales a los mejores de Burdeos y no desesperó de ver todas sus faldas, desde las alturas del Tuti hasta más allá de Capinota y Apillapampa, plantadas de viñas feraces. De cualquier horizonte que el viajero entre en las campiñas de la heroica ciudad, no sabe qué admirar más, si el paisaje pintoresco lleno de vida, de cultivos, de fábricas de alcoholes, cervezas, de viñedos, trigales y vegetales, manifestando la actividad laboriosa de los habitantes, o la gran cadena de cerros, dominados por el majestuoso Tunari, el cual como centinela alerta, parece cuidar y proteger la ciudad dormida a sus pies en medio de fértiles campiñas; por sus alturas nevadas corren vientos suaves, que refrescan ciudad y cosechas; mientras que de las entradas de la cordillera vierten aguas cristalinas, torrentes impetuosos, algunos de los cuales ya alimentan usinas y molinos eléctricos, mientras que en los precipicios y abismos anfractuosos de sus picos elevados a 4.000 metros de altitud, se ha sabido almacenar, por represas potentes, millones de metros cúbicos de agua, para riego permanente del valle”.
El autor es cronista de la ciudad